ACERCÁNDONOS AL MISTERIO DE LA NAVIDAD
CARLOS LOPEZ“Sin duda alguna, el gran misterio de nuestra fe es el siguiente: Cristo fue revelado en un cuerpo humano y vindicado por el Espíritu. Fue visto por ángeles y anunciado a las naciones. Fue creído en todo el mundo y llevado al cielo en gloria.” 1 Timoteo 3:16, NTV Este maravilloso himno se constituye en el punto cristológico más sublime de la epístola que el apóstol Pablo le escribió a su hijo Timoteo, cuando éste servía al Señor en la iglesia de Éfeso. La palabra que introduce el himno sirve como una afirmación. Todos son llamados a conocer la verdad de esta confesión: “sin lugar a dudas/indiscutiblemente… grande es el misterio de la fe”. Este misterio es dado a la Iglesia a través del Evangelio, por lo tanto éste es un himno de la iglesia, sólo ella lo entiende, sólo ella lo canta, sólo ella lo celebra, sólo ella lo vive y lo disfruta. Este es el misterio de los que viven con fe. Este misterio es una persona… es Jesucristo mismo.
Veamos algunos detalles de este precioso himno en las 6 líneas rítmicas que poéticamente lo componen. Cada línea está formada por un verbo en modo aoristo (un tipo de pasado de nuestro idioma español) y voz pasiva, seguido por una frase preposicional (“en” o “por”). El sujeto implicado en cada línea es Cristo. 1. Él fue manifestado en carne. La primera línea ha sido universalmente reconocida como una afirmación de la encarnación de Cristo. La encarnación de Cristo es una verdad central del evangelio pero muy poco entendida y por años afectada por una enseñanza herética conocida como docetismo. El docetismo interpretaba la encarnación de Cristo como una simple apariencia humana. Según esta enseñanza, Cristo tomó apariencia humana pero no se hizo carne como nosotros. El NT enfáticamente enseña todo lo contrario. Cristo tomó cuerpo humano, se hizo carne, fue uno como nosotros. Este es un verdadero misterio y hace de la Navidad un acontecimiento histórico, irrepetible y poco entendible (si lo entendiéramos por completo dejaría de ser un misterio). Estudie los siguientes pasajes que afirman la encarnación de Cristo, Juan 1:14, Romanos 1:1-3, 1 Juan 1:1, 1 Juan 4:1-3. 2. Él fue vindicado por el Espíritu. Esta es posiblemente la línea del poema más difícil de interpretar. Aquí obviaremos muchas de las discusiones hermenéuticas que hay detrás. Si la primera línea muestra la humillación de Cristo: “siendo Dios, se hizo hombre”, tal como lo enfatiza Filipenses 2:6-8, la segunda línea enfatiza su exaltación: “Cristo fue justificado en Espíritu”. El cuadro de la Navidad es parcial y temporal. Nos muestra a Jesús como niño y eso es de aplaudir porque nos hace recordar la humanidad del Hijo de Dios. Pero la natividad de Cristo no alcanza a mostrar su verdadera divinidad. Por el contrario, la resurrección de Cristo es el evento histórico en el que Dios demuestra la vindicación de su Hijo, la aceptación de su muerte vicaria por toda la humanidad. Estudie los siguientes pasajes que afirman su exaltación, Filipenses 2:6-8, Romanos 1:4, 1 Pedro 3:18. 3. Él fue visto por ángeles. Los ángeles estuvieron presentes en la vida y ministerio de Jesús desde un inicio. Pero, sobre todo, Cristo fue visto por ángeles en el sentido de superioridad. Los ángeles que aparecen en la escena de navidad no son los únicos que le ven, le adoran y le sirven. Actualmente, toda criatura celestial le rinde adoración y reconoce su absoluta supremacía. Estudie los siguientes pasajes, Lucas 2:13-14, 24:22-23, Marcos 1:13; Filipenses 2:9-11, Colosenses 2:13-15, 1 Pedro 3:21-22. 4. Él fue anunciado a las naciones. El himno muestra un cambio inesperado. Inadvertidamente pasa a tener un enfoque misionero. Este Cristo que fue hecho carne, que fue justificado en espíritu por medio de la resurrección, que fue contemplado por ángeles, también fue predicado en las naciones como cumplimiento de la promesa mesiánica que venía desde el Antiguo Testamento. La misión del apóstol Pablo ahora es nuestra misión como Iglesia. A este Cristo que se humilló a sí mismo y fue exaltado por Dios, es al que debemos proclamar en las naciones. Léase 1 Timoteo 2:1-8. 5. Él fue creído en todo el mundo. La línea 5 acompaña a su anterior, porque Cristo no sólo ha sido predicado sino también creído en el mundo. El resultado de su obra y por la proclamación de su iglesia durante siglos, Cristo ha sido creído en el mundo. Si bien Cristo ha sido creído en el mundo, todavía quedan muchas personas que necesitan saber de él. En esta navidad, es un buen desafío para nosotros en lo personal y como Iglesia retomar el compromiso por darlo a conocer en el mundo. 6. Él fue llevado al cielo en gloria. Como un glorioso clímax, la última línea completa lo que inició con la humillación de la encarnación de Cristo. Habiendo descendido a la tierra y nacido como un niño, Cristo fue recibido arriba en gloria, donde se encuentra actualmente y desde donde regresará por nosotros como Señor y Rey. Compárese con Hechos 1:9-11. Acercarnos al misterio de la Navidad es encontrarnos con Jesucristo, Dios hecho humano… ¡Indiscutiblemente grande es el misterio de nuestra fe! Como diría el príncipe de los predicadores, Charles Spurgeon: “La iglesia ha producido eruditos reflexivos, descritos como ‘teólogos eminentes’. De estos maestros sin duda hemos recibido mucha ayuda en la exposición de la Palabra, sin embargo si los ponemos a todos juntos, nunca han sido capaces de desarrollar para nosotros todo el sentido del don del Hijo de Dios. Los devotos y eruditos han clamado: ‘¡Oh profundidad!’, pero no han pretendido penetrar este abismo de misterio. Pobre, pobre trabajo es nuestra mejor predicación al intentar hablar sobre el adorable Señor Jesús”. Nuestra mejor respuesta ante semejante misterio es abrazarlo con fe y brindarle nuestra sincera adoración mientras le obedecemos como Señor y Rey. Carlos Lopezes Licenciado, Magister y candidato doctoral en Teología, pastor y conferencista sobre temas de matrimonio y familia. Sirve como Rector en el Instituto Teológico FIET de Argentina.
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