AVANZANDO HACIA EL FUTURO PERFECTO
OSVALDO L. MOTTESICuarto sermón de una serie de cuatro titulada “El camino más excelente” Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. 2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. 3 Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. 9 Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; 10 pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. 12 Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. 13 Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor. 1 Corintios 13 Introducción 1. Llegamos al último de los tres párrafos líricos, que constituyen este capítulo 13. Es el que va del v.8 al v.13. Este nos confirma que andar en “el camino más excelente”, es peregrinar siguiendo e imitando a JesuCristo. Es avanzar, según el corazón de Dios, hacia la consumación de la perfección en la Nueva Creación.
2. Por eso, culminamos nuestra serie afirmando que lo más importante del amor agape es su naturaleza escatológica. Porque es final y eterna. Y esto por dos razones: a. Porque vivir el amor agape es experimentar YA hoy, algo de lo que será la consumación futura del Reino. Es la primicia de lo que vendrá. Es vivir el YA, aunque no sea plenamente, en “el todavía no”. Y, b. Porque el amor agape es y genera el clima de la Nueva Creación. Ese glorioso clima del Shalom eterno, se consumará en plenitud en el futuro. Pero hoy debe ser el testimonio de la vida y misión de todo el Pueblo de Dios. Testimonio personal y familiar, comunitario y global. 3. Pablo hace en esta carta una clara distinción. Explica “el ahora o el todavía no” de nuestro presente imperfecto. Este, que es el tiempo de los dones, de los que expone en el cap.12. Por otro lado, destaca “la consumación cósmica del agape”. Este es el futuro perfecto de la Nueva Creación. Y ese es el tema del último párrafo de este capítulo 13. La convicción clave en este texto y en todo el NT, es que avanzamos hacia el futuro perfecto con fe y esperanza, motivadas, motivados por el amor agape que es eternidad, que se hará perfección, y que hoy es excelencia en nuestra vida y misión. I. AVANZAMOS HACIA EL FUTURO PERFECTO CON FE Y ESPERANZA, PORQUE EL AMOR AGAPE ES ETERNIDAD. “El amor jamás se extingue…” (8a). Otras versiones traducen: “nunca dejará de ser”, “nunca cesará de ser”, “no acaba nunca”, “no falta nunca”, “jamás decae”, “nunca fenece”, “nunca pasará”, “siempre persevera”, “siempre existirá”. A. El amor agape es eternidad, porque es el amor del Dios eterno 1. El profeta Isaías reitera la eternidad de Dios-Padre: “Así dice el Señor, el Señor Todopoderoso, rey y redentor de Israel: “Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro dios” (Is 44:6). “¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra” (Is 40: 28). 2. Siglos después, al final de la era apostólica, Juan describe, en su visión de la eternidad celestial, el cántico incesante de los cuatro seres vivientes alrededor del trono de Dios: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir” (Ap 4:8). 3. El autor de Hebreos, quizás el mismo Pablo, declara contundentemente laeternidad de Dios-Hijo: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (He 13:8). 4. El mismo JesuCristo, Dios-Hijo, cuando nos promete a Dios-Espíritu Santo, afirma la eternidad del mismo: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Jn 14:16). “Para siempre” es para la eternidad. 5. Por todo ello, través de los labios del profeta Jeremías, el Dios eterno declarala eternidad de su amor: “Hace mucho tiempo se me apareció el Señor y me dijo: «Con amor eterno te he amado”; por eso te sigo con fidelidad” (Jer 31:3). B. El amor agape es eternidad, porque es el generador de nuestra vida eterna. 1. Juan lo declara en el versículo nuclear de toda La Palabra: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn 3:16). 2. Pablo lo enfatiza afirmando que JC resucitado -el agape resucitado de Dios- arranca a nuestra muerte su aguijón: “Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: La muerte ha sido devorada por la victoria. «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!” (1 Co 15:54-56). II. AVANZAMOS HACIA EL FUTURO PERFECTO CON FE Y ESPERANZA, CUANDO EL AMOR AGAPE “SE HARÁ” PERFECCIÓN “… cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá” (10). Otras versiones traducen: “lo que es en parte se acabará”, “lo que es en parte será abolido”, “lo que es en parte será quitado”, “todo lo demás se acabará”, “lo incompleto se acabará”, “esas cosas parciales se volverán inútiles”, “desaparecerá lo que es limitado”, “desparecerá lo que es parcial”. A. Las palabras “perfección” y “perfecto” o “perfecta” no tienen en todo el lenguaje bíblico el mismo sentido que en castellano. En nuestra lengua denotan la idea de “algo sin falta ni tacha en absoluto”. 1. En el hebreo y griego bíblicos “perfección”, “perfecto” o “perfecta”, hacen referencia a “lo que es completo”, “sano” o “sana”, “sin defecto” (Lev 22:21). 2. El adjetivo griego teleios y el sustantivo teleioisis, ambos presentes en nuestro texto y en todo el NT, se traducen “perfecto” o “perfecta” en nuestras biblias. Favorecen la noción de “acabar”, de “completar” algo. En menor grado, significan también “hacer o ser perfecto”. B. JesuCristo entiende y enseña el ser “perfecto o perfecta”, como la imitación de Dios: “Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto” (Mt 5:48). Esta es una clara equivalencia con la demanda de Dios Padre en el AT: “… manténganse santos, porque yo soy santo” RVR60: “Sed santos como yo soy santo” (Lev11: 44). C. Pablo sigue fiel a la noción bíblica de “perfección, perfecta o perfecto” como “completamiento”. Por eso les declara a los efesios: “De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo” (Ef 4:13). Aquí “la plena estatura de Cristo” es el paradigma, el modelo por excelencia. Es la medida del “completamiento en perfección”. D. Definimos hoy bíblicamente “perfección” como: “el completamiento, la culminación y realización plena de la perfección en JC”. Es la meta en el camino de la santidad. El logro absoluto de un proceso. Y allí, hoy y siempre, juega un papel decisivo el amor agape. E. El amor agape HOY produce en nuestra vidas excelencia, no perfección. 1. Existe una radical diferencia entre excelencia y perfección. Excelencia es la mejor calidad que puede obtener nuestro ser y quehacer humano imperfecto. La perfección es hoy humanamente imposible, porque solo Dios es perfecto. “El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable” (Sal 28:30). 2. Dios nos demanda procurar siempre, en todo lo que somos y hacemos, la excelencia. Esta viene acompañada siempre de lo necesario para obedecerla y cumplirla. Es el agape de Dios, que por Su Gracia, viene a nuestras vidas. Es un don del Espíritu Santo, que nos equipa para “el camino más excelente” hacia la perfección. F. El agape que es hoy nuestra excelencia, “se hará”, “se nos hará” perfección en la consumación del Reino de Dios. “… cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá”. Desaparecerá todo vestigio de imperfección. 1. Desaparecerá la importancia actual de nuestros dones espirituales “… mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá” (8-10). 2. Desaparecerá la limitación e imperfección de nuestras personalidades: Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido” (11-12). Emergerá la gloria consumada del agape de la excelencia, hecha perfección, en el Shalom del Reino, el Jubileo eterno de Dios. III. AVANZAMOS HACIA EL FUTURO PERFECTO CON FE Y ESPERANZA, VIVIENDO HOY EL AMOR AGAPE COMO NUESTRA EXCELENCIA “… cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá… Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor (agape). Pero la más excelente de ellas es el amor (agape)”. (10 y 13) A. Vivir en excelencia es vocación suprema para la que fuimos creadas y creados. 1. Nuestra vocación a la excelencia se expresa en dos dimensiones, fruto de un mandamiento doblee. JesuCristo lo reitera en su ministerio: “Los fariseos se reunieron al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos. Uno de ellos, experto en la ley, le tendió una trampa con esta pregunta: —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas”. (Mt 22: 34-40). La versión de Marcos agrega: “No hay otro mandamiento (singular) más importante que estos”(Mr 12:31). 2. Nuestra vocación a la excelencia no la constituyen dos, sino -como acabamos de leer- un solo mandamiento doble. En nuestra experiencia cristocéntrica los mandamientos “amarás a Dios” del AT y “amarás a tu prójimo” del NT, se integran. Porque JesuCristo es plenamente Dios y hombre. Por ello, este ni es realmente un mandamiento doble, sino uno solo, el más importante, fruto de un solo amor: el agape. B. Vivir en excelencia es nuestra vocación, solo posible por el amor agape. 1. Porque amar y servir a Dios es amar y servir al prójimo. a. Juan es enfático al respecto: “Si alguno dice: Yo amo (agapan) a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama (agapan) a su hermano a quien ha visto ¿cómo puede amar (agapan) a Dios a quien no ha visto?” (1 Jn 4:20). Es imposible amar ni menos servir a Dios, sin amar al prójimo. El amor a creyentes y no creyentes por igual es parte indivisible del amor a Dios. b. La verdad y el amor, la fe y el servicio son los dos rasgos clave del cristianismo. La inexistencia de alguno de estos dos elementos hace imposible vivir la fe cristiana. No existe otra alternativa, para quienes deseamos servir a Dios, que hacer concreta tal aspiración amando y sirviendo a quienes nos rodean. Un amor a Dios, abstraído de su creación, es imposible. Amar al Creador demanda amar a sus criaturas. 2. Porque amar y servir al prójimo es amar y servir a Dios. a. Servir al prójimo es la única demanda apocalíptica, final. En la crónica del juicio universal en Mateo 25: 31-46, la única regla para bendecir y atraer al Reino, como para maldecir y separar del mismo es una sola: el amor en servicio al prójimo. JesuCristo declara: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí” (40). “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí” (45). b. Servir al prójimo es mostrar nuestra fe y amor a Dios. La única regla que usa el Juez no es la de creer o no creer, adorar o no adorar, ser religiosa o ateo. La regla del juicio global, la que bendice o maldice a todas, todos por igual, es la que privilegia la fe verdadera. Fe que se hace amor concreto cada día. Es el hacer o no hacer, el servir o no servir, lo que nos hace bienaventuradas y aceptados o, por el contrario, maldecidos y rechazadas. En la regla del juicio final se casan, en el amor agape, la verdad y el amor, la fe y el servicio cristiano. C. Vivir en excelencia debe ser nuestra vocación hecha misión, siguiendo a JC en el amor agape. 1. Vivir en la excelencia, no es pretender hoy la perfección. La excelencia es çnuestro desafío presente. La perfección es el don futuro prometido. El perfeccionismo es hoy una adicción. Amar en agape es reconocer nuestra limitación e imperfección humana. Es procurar la excelencia en todo lo que somos y hacemos. 2. Vivir en la excelencia es seguir hoy y siempre a JesuCristo. La vida cristiana es discipulado. Y el discipulado es seguimiento e imitación del Señor. Él es el paradigma único, nuestro modelo por excelencia del agape hecho vida y misión. 3. Vivir en la excelencia es hacerlo hoy con fe y esperanza. La que nos mueve hacia el fututo de toda perfección: “cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá”. Vivir en la excelencia del agape es avanzar hacia la perfección de la Nueva Creación. 4. Vivir en la excelencia como iglesia, es servir en unidad a través de todos los ministerios y operaciones del Cuerpo de Cristo. La excelencia de la unidad del agape que nos mueve a la perfección. Pablo, en paralelo con lo que afirma en nuestro texto, lo hace también escribiendo a los efesios: “Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo” (Efe 4:11-13). Conclusión 1. Avanzamos hacia el futuro perfecto con fe y esperanza, motivadas, motivados por el amor agape que es por la eternidad, que se hará perfección, y que hoy es excelencia en nuestra vida y misión. 2. Avanzar es peregrinar en medio de un mundo dividido por el odio, unidos por el amor agape como Pueblo de Dios, siguiendo e imitando a JC. 3. El futuro perfecto del mundo nuevo de Dios es la bendita utopía revelada. Esta no es fantasía ni quimera, sino segura realidad, que se nos hace posible en el amor agape de Dios. En ella apoyamos nuestra y esperanza, mientras avanzamos peregrinando. 4. La perfección, como todo lo que pertenece al llamado de Dios, es un don y una tarea; una vocación y una promesa. ¡Vivamos en la excelencia del agape para la honra y la gloria del Señor! ¡QUE ASÍ SEA! ESE ES MI DESEO Y MI ORACIÓN.
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