GEORGE WHITEFIELD (1714-1770) El príncipe de los predicadores al aire libre
MATÍAS ALARCÓN SUÁREZ
Su voz se podía oír perfectamente a la distancia en sus sermones, a pesar de padecer un problema de salud pulmonar, el cual no fue impedimento para realizar su labor evangelística. George Whitefield, es conocido como el “príncipe de los predicadores al aire libre”, ya que predicó un promedio de diez veces por semana, durante un período de treinta y cuatro años, la mayoría de las veces a cielo abierto.
George Whitefield, de formación metodista, nació en 1714 en Bell Inn, Inglaterra. Fue ordenado como ministro a los 21 años de edad, dos años antes de lo establecido por su denominación. En 1738 fue enviado a Estados Unidos para ser ministro en Georgia, lugar donde fundó el Orfanato Betesda, organismo que hasta el día de hoy se mantiene en pie. Un año más tarde regresó al Reino Unido, territorio en donde llevo a cabo su más fuerte trabajo de evangelización. George Whitefield tuvo que realizar sus campañas al aire libre ya que muchos no lo admitían en sus iglesias. Esto, pues sus mensajes eran fuertes y atraían a una multitud que era difícil de controlar para la época. El movimiento metodista adquirió renombre en el Reino Unido gracias a las predicaciones de Whitefield; fue quien atrajo millares de personas a la conversión en Cristo y fueron estos quienes transformaron dicho territorio. Se caracterizaba por tener un celo ardiente de ver personas corriendo a los pies de Cristo y transformadas por el poder de Dios. Durante un período de veintiocho días realizó una campaña en la cual predicó a más de diez mil personas por día. A cada lugar donde iba instalaba su propio púlpito en medio de los campos, ya que no había edilicio que pudiera albergar tanta gente como la que se reunía para escucharlo. Es difícil imaginarse a cientos de personas levantar las manos y correr por el perdón de pecados como sucedía en sus campañas, era un mar de gente corriendo a los pies de Cristo. En los Estados Unidos, cuando este era aún un país nuevo, asistieron miles de personas a sus campañas, incluso algunos venían de lejos para oír sus mensajes. De esta evangelización masiva Benjamín Franklin dejo constancia de la siguiente manera: “El jueves el reverendo Whitefield partió de nuestra ciudad, acompañado de ciento cincuenta personas a caballo, con destino a Chester, donde predicó ante una audiencia de siete mil personas, más o menos. El viernes predicó dos veces en Willings Town a casi cinco mil personas. El sábado en Newcastle predicó a cerca de dos mil quinientas personas y, en la tarde del mismo día, en Cristiana Bridge, predicó a casi tres mil. El domingo en White Clay Creek predicó dos veces, descansando media hora entre los dos sermones, dirigidos a ocho mil personas, de las cuales cerca de tres mil habían venido a caballo. La mayor parte del tiempo llovió; sin embargo, todos los oyentes permanecieron de pie, al aire libre”. Su voz se podía oír perfectamente a la distancia en sus sermones, a pesar de padecer un problema de salud pulmonar, el cual no fue impedimento para realizar su labor evangelística. George Whitefield, es conocido como el “príncipe de los predicadores al aire libre”, ya que predicó un promedio de diez veces por semana, durante un período de treinta y cuatro años, la mayoría de las veces a cielo abierto.
Es graduado en años recientes del Instituto Bíblico Rio de la Plata. Se está preparando para ir de misionero a China, país en el que ya ha estado predicando. Actualmente se encuentra estudiando el idioma de ese país, mientras colabora en la Iglesia de Colegiales en Buenos Aires, Argentina.