¿HABÍA PASTORAS EN LA IGLESIA PRIMITIVA? I
La evidencia histórica ANDRES MESSMERCon placer la Red Cristiana Radical publica esta serie de tres artículos de Andrés Messmer sobre el ministerio de la mujer desde los orígenes de la historia cristiana.
OLM. En esta primera parte intento exponer toda la evidencia histórica conocida a favor de las pastoras en la Iglesia primitiva.
Introducción
Las mujeres han ejercido sus dones dentro de la Iglesia y en otros ministerios paraeclesiales a lo largo de la historia. Por ejemplo, han servido como diaconisas, viudas, vírgenes, profetas, mártires, autoras, abadesas, eruditas y consejeras. Tales servicios no son controvertidos y deben ser fomentados (siempre y cuando sigan las pautas bíblicas, desde luego). Este estudio, sin embargo, está enfocado en un tema bastante controvertido, a saber, la mujer como pastora en la Iglesia primitiva entre los siglos II-VI (expondré la evidencia del Antiguo y Nuevo Testamento en un estudio futuro). Se ha dividido el estudio en tres partes: la primera parta presenta la evidencia histórica conocida en favor de pastoras en la Iglesia primitiva, la segunda presenta la evidencia histórica conocida en contra de dicha postura, y la tercera presenta una valoración de la evidencia. En esta primera parte intento exponer toda la evidencia histórica conocida a favor de las pastoras en la Iglesia primitiva, y por lo tanto he tomado como base posiblemente la mejor obra escrita sobre el tema desde una perspectiva igualitaria, a saber, Kevin Madigan y Carolyn Osiek, Mujeres ordenadas en la Iglesia primitiva (Editorial Verbo Divino, 2006).1 El libro fue publicado en inglés en 2005 y asegura exponer «los que creemos que son todos los testimonios existentes en latín y en griego de mujeres que ocupaban el oficio de…presbítero en la Iglesia tanto de oriente como de occidente» (p. 297). Sin embargo, existen tres fuentes más que Madigan y Osiek no incluyeron en su estudio que sí se encuentran aquí. Por lo tanto, creo que lo que se encuentra abajo se puede considerar como unas de las presentaciones más comprensivas de la evidencia histórica conocida a favor de pastoras en la Iglesia primitiva entre los siglos II-VI. Evidencia a favor de pastoras en la Iglesia primitiva En el capítulo titulado «Mujeres presbíteros», Kevin Madigan y Carolyn Osiek exponen la evidencia de 37 textos e inscripciones. Sin embargo, no todos los textos e inscripciones hablan de pastoras sino de varios roles que mujeres tenían en la Iglesia primitiva, tales como diaconisa, viuda, virgen y pastora, desde luego. Además, otros textos e inscripciones hablan de pastoras dentro de grupos abiertamente reconocidos como heterodoxos, como los montanistas y los gnósticos, o hablan en contra de las pastoras (p. ej., las citas de Tertuliano). No he incluido estos textos en el estudio porque o no hablan de pastoras o hablan de pastoras de sectas heréticas. Los textos que nos quedan son dieciséis (más otros tres que no fueron incluidos), los cuales tienen que ser divididos en dos grupos, a saber, los discutibles y los no discutibles. Los discutibles son así por dos motivos. El primer motivo es la falta de información: a veces el texto o inscripción no nos suple la información necesaria para sacar una conclusión más o menos probable. El segundo motivo es el hecho de que la palabra presbytera tenía tres significados en la Iglesia primitiva: (1) una mujer anciana (ver 1Tim 5:.2; Tito 2:3; Epifanio, Panarion 79.3.6–79.4.1), la cual podría haber ejercido alguna forma de autoridad sobre otras diaconisas y/o viudas; (2) la esposa de un presbítero, de la cual Madigan y Osiek dan por lo menos tres ejemplos: el Segundo concilio de Tours de 567, Canon 19; el Sínodo de Auxerre de 578, Canon 21; Sínodo de Roma de 743, Canon 5; (3) una pastora. En cuanto a la palabra epíscopa, también puede significar o la esposa de un epíscopo (p. ej. el Concilio de Tours de 567: «Si el epíscopo no tiene epíscopa que no sea seguido por muchas mujeres») o una epíscopa en el sentido de pastora. Estos motivos dificultan cualquier conclusión sobre algunos de los casos expuestos a continuación. Textos e inscripciones discutibles - Concilio de Laodicea, Canon 11 (s. IV-V): «Con respecto a aquellas a las que se llama presbíteras o mujeres presidentes, no está permitido designarlas en la Iglesia.» Madigan y Osiek dicen que se podría referir o a diaconisas superiores que tenían responsabilidades con respecto a otras diaconisas y mujeres en la Iglesia o a presbíteras. Además, dicho canon podría ser una reacción ortodoxa contra los montanistas, los cuales eran numerosos y prominentes en Asia Menor durante los siglos. II-IV. - Los hechos de Felipe 1,12,8-9 (s. IV-V): El contexto es el de un hombre y una mujer sufriendo en el infierno: «Entonces yo fui a apartar al perro, pero Miguel me dijo: Déjales, porque también blasfemaron contra los presbíteros varones (presbyteroi), mujeres presbíteras (presbytides), eunucos, diáconos, diaconisas (diakonissai) y vírgenes…» Parece claro que este texto se refiere a una pastora, pero lo cuestionable es la fuente misma, Los hechos de Felipe. Puede ser que la fuente haya preservado una tradición antigua ortodoxa, pero puede ser también que la fuente haya incorporado la práctica de una secta heterodoxa. - El martirio de Mateo 28 (origen desconocido): «Y en ese momento Mateo designó presbítero al rey (basileus), de treinta y siete años, y designó diácono al hijo del rey, de diecisiete años, y designó presbítera (presbytida) a la esposa del rey…» Igual que arriba, parece claro que este texto se refiere a una pastora, pero se desconocen tanto el origen como la forma original del documento. En cuanto a la forma original, aquí sólo he reproducido una de tres versiones del texto que Madigan y Osiek han suministrado pero las otras dos omiten cualquier referencia a una presbítera. - La presbítero Ammion (Frigia, s. III): La inscripción dice «El obispo Diogas en memoria de Ammion la presbítero». No se sabe si Ammion era una mujer anciana o una pastora, aunque Madigan y Osiek exponen un buen argumento en favor de la segunda opción. Sin embargo, dicha inscripción data de la primera mitad del s. III y proviene de Frigia (Asia Menor), lo cual la pone en la sede del montanismo y por lo tanto no se sabe si Ammion era pastora en una iglesia ortodoxa o heterodoxa. - Artemidora, presbítero (Egipto, s. II-III): La inscripción dice «(Momia) de Artemidora, hija de Mikkalos y madre Paniskiaine, presbítero, descansó en el Señor». Madigan y Osiek dicen que la interpretación más probable es que la palabra «presbítero» modifica el nombre Artemidora, lo cual significa que dicha mujer era pastora. Sin embargo, los mismos autores reconocen que la palabra «presbítero» puede modificar el nombre Paniskiaine, así resultando en otra lectura, a saber, que Artemidora era la mujer de Mikkalos y la madre de Paniskiaine y que Paniskiaine era la presbítera de la familia. - Epikto Presbytis (isla de Tera [mar Egeo]): La inscripción dice «El ángel de la presbítero Epikto». No se sabe si la inscripción es pagana, judía o cristiana. Madigan y Osiek dicen que presbytis se podría referir a una mujer anciana pero que como la tumba es conmemorativa, es más probable que sea un título funcional y honorario, lo cual implica que era pastora. En mi opinión, no existen suficientes argumentos como para determinar si Epikto era pastora o no. - Epískopa Q (Roma, s. IV-V): La inscripción dice «Aquí yace la mujer venerable, obispo Q (uenerabilis fem[ina] Epískopa Q), Enterrada en paz hace cinco [años]… +Olibrio». No se sabe prácticamente nada de esta inscripción ni de la mujer «Q». Madigan y Osiek sugieren que podría haber sido la mujer del Papa Siricio (384-399). En tal caso, dada la feroz oposición de este Papa al priscilianismo (una secta que tenía pastoras), es muy poco probable que «Q» hubiera desempañado el papel de una pastora. - Marcia la presbítera (Poitiers, s. IV-V): la inscripción dice: «Marcia la presbítera (presbyteria) hizo (ferit) la ofrenda (obblata) junto con Olibrio y Nepote». Madigan y Osiek argumentan que Marcia participaba en la celebración de la Santa Cena. Sin embargo, no se sabe si dicha participación era como presbítera o como diaconisa. Se encuentra evidencia de diaconisas participando en la Santa Cena en otra fuente dada por Madigan y Osiek, a saber, la carta de tres obispos galos (no reproducida aquí). Estos obispos condenan a dos sacerdotes bretones por permitir ayudar a algunas mujeres con la Santa Cena. - Flavia Vitalia, presbytera (Solín [Dalmacia; Croacia], 425): La parte pertinente de la inscripción dice: «el hombre más noble de Cesar, I, Teodosio, compró [una tumba] de la matrona Flavia Vitalia, la santa presbíter[a]…» Madigan y Osiek afirman que no pueden decir con seguridad lo que el título presbytera implicaba. El epígrafe de una sacertodisa de Solin (ver abajo) podría interpretarse como evidencia en favor de que Flavia Vitalia fuera pastora, pero aún no se sabría si era(n) pastora(s) de una iglesia ortodoxa (o iglesias ortodoxas). - Una sacerdotiza de Solin (Salona [Dalmacia; Croacia], s. V): El epígrafe fragmentado dice: «de/para [?] una sacerdotisa». También se conserva una cruz en el otro pedazo del epígrafe, la cual implica que la mujer enterrada era cristiana. Sin embargo, es imposible determinar si pertenecía o a una secta o a una iglesia ortodoxa. - Fractio Panis (Roma, s. I-II): Este fresco no fue expuesto por Madigan y Osiek en su libro pero debería haberse hecho. Este fresco de las catacumbas de Priscilla contiene una escena de gente sentada a la mesa y partiendo el pan. Por desgracia, no está muy bien preservado, dificultando ello su interpretación. Existen por lo menos tres interpretaciones del fresco. La escena puede representar: (1) un banquete idealista, así vacío de cualquier significado teológico; (2) la celebración de la Santa Cena entre hombres y mujeres, con un hombre como presidente; (3) la celebración de la Santa Cena sólo entre mujeres, con una mujer como presidente. Si la tercera interpretación es la acertada, significaría que en las primeras décadas de la Iglesia había mujeres que cumplían una función normalmente reservada para los pastores. Esto podría implicar que algunas mujeres eran pastoras. - Teosebia (Asia Menor, s. IV): Este texto no fue expuesto por Madigan y Osiek en su libro pero debería haberse hecho. En Carta 197.5-6, Gregorio Nacianzeno dice que Teosebia es «verdaderamente santa y una verdadera compañera sacerdotal y del mismo valor (que él) y digna de los grandes misterios». Había consenso que Teosebia era la mujer de Gregorio y que tal lenguaje era honorífico pero el artículo recientemente publicado por Ilaria Ramelli aboga por la postura que Teosebia era la hermana de Gregorio y por lo tanto el lenguaje era más concreto, lo cual implica que Teosebia era sacerdota.2 Textos e inscripciones probables - Primer sínodo de Zaragoza (380): El propósito del sínodo era combatir los errores del priscilianismo (= maniqueos), los cuales tenían pastoras. La parte pertinente dice «Que toda mujer creyente que pertenezca a la Iglesia católica se ausente de las reuniones y conventículos de hombres extraños, y de las mujeres que dan charlas, fuera tanto del afán de enseñar como de aprender, ya que esto no es lo que el Apóstol ordena». Aunque el decreto va dirigido contra los priscilianistas, parece que algunas mujeres ortodoxas eran tentadas a acudir a tales reuniones para enseñar entre otras cosas. - Kale Presbytis (Sicila, s. IV-V): La inscripción dice: «Aquí yace Kale, presbítero, que vivió cincuenta años de manera intachable. Falleció en la decimonovena kalenda de octubre». Madigan y Osiek dicen que «presbítero» se podría referir a cualquiera de los tres sentidos dados arriba, pero que lo más probable es que fuera pastora. A favor de esta interpretación está la evidencia de la Carta 14 de Papa Gelasio I (ver abajo). - Papa Gelasio I, Carta 14, a los obispos del sur de Italia (494): La parte pertinente dice «Hemos oído, para nuestra consternación, que el desprecio de las cosas divinas ha llegado hasta tal punto que las mujeres son animadas a servir en los sagrados altares y desarrollar todas las demás labores que son asignadas sólo al servicio de los hombres, y para las que ellas no son apropiadas». Madigan y Osiek defienden que tales mujeres no pertenecían a una secta y que cumplían algunas funciones restringidas a los pastores. La carta fue dirigida a una zona en el sur de Italia y a Sicilia, y la evidencia de Kale Presbytis (ver arriba) y Leta la presbítera (ver abajo) debe ser interpretada a la luz de esta carta. Sin embargo, se debe notar que el Papa Gelasio no apoya lo que está pasando en esta zona sino que lo censura. - Antiguos cánones de la Iglesia (Marsella, s. IV-V): Un cierto Genadio de Marsella reunió los cánones, parte de sínodos africanos y parte de testimonios orientales, y luego los publicó. Los cánones 37 y 41 son los que nos interesan: «37. Una mujer, aunque sea docta y santa, no deberá atreverse a enseñar en una reunión de hombres… 41. Una mujer no ha de atreverse a bautizar». No se sabe mucho más ni de este documento ni de sus fuentes, pero parece que había algo de influencia de mujeres ejerciendo las funciones de enseñanza y bautismo dentro de iglesias ortodoxas porque el canon no se refiere a mujeres heterodoxas sino a mujeres doctas y santas. Parece justo concluir que por lo menos algunos cuestionaban si las mujeres podían ser pastoras.3 - Carta de Atto, obispo de Vercelli, a Ambrosio el sacerdote (s. X): Aunque Atto era del s. X, hace un comentario interesante sobre el Canon 11 del Concilio de Laodicea (ver arriba) y el significado de la palabra presbytera. Después de decir que se podría referir a una mujer que se había casado con un sacerdote dice lo siguiente: «las mujeres religiosas solían también ser ordenadas como cuidadoras en la santa Iglesia, como san Pablo muestra en la carta a los Romanos [cita Rom 16.1; Febe]. De aquí se entiende que no sólo los hombres, sino también las mujeres, presidían en las iglesias por su gran utilidad. Pues a las mujeres, acostumbradas desde hacía mucho a los ritos de los paganos e instruidas también en las enseñanzas filosóficas, por esta razón, se les convertía más fácilmente y se les enseñaba más libremente en el culto de la religión. El canon 11 del Concilio de Laodicea prohíbe esto cuando dice que no es apropiado que esas mujeres a las que se les llama mujeres presbíteros o presidentes sean ordenadas en las Iglesias. Creemos realmente que las mujeres diáconos han sido ministros de esas cosas.… Creemos que se les encargaba a las mujeres el oficio del bautismo para que trataran los cuerpos de otras mujeres sin ningún profundo sentimiento de vergüenza…al igual que aquellas a las que se llamaba mujeres presbíteros asumían el oficio de predicar, liderar y enseñar, de igual manera las mujeres diáconos habían asumido el oficio del ministerio y del bautismo, una costumbre que ya no es conveniente». El argumento es un poco difícil de entender pero parece que Atto creía que había algunas mujeres en la Iglesia primitiva que predicaban, lideraban y enseñaban. - Leta la presbítera (Calabria [Italia de sur], s. IV-V): La parte pertinente de la inscripción dice: «Sagrada en su buena memoria, Leta la presbiter[a] vivió cuarenta años, ocho meses y nueve días». Puede ser que Leta fuera la mujer de un presbítero, pero dada la evidencia del Papa Gelasio I (ver arriba), parece ser más verosímil que fuera pastora. - Los hechos de Pablo y Tecla (Asia Menor, s. II): Esta obra no fue expuesta por Madigan y Osiek en su libro pero debería haberse hecho. El valor de esta obra no está vinculado a su veracidad histórica—Tertuliano dice que esta obra fue escrita por un presbítero en Asia Menor por amor a Pablo y que no tenía ningún valor histórico—sino al hecho de que había un presbítero que escribió una obra acerca de una mujer (Tecla) que fue hecha apóstol y que enseñaba y bautizaba. Además, parece que la obra era bien recibida por varias personas porque Tertuliano, viviendo en Cartagena y hablando latín, se había enterado de su existencia desde Asia Menor aunque fue escrito originalmente medio siglo antes en griego. Sin embargo, hay que recordar que el sitio y época en que Los hechos de Pablo y Techa fue escrito ponen en duda su ortodoxia debido a la influencia del montanismo. En la próxima parte proporcionaré la evidencia histórica conocida en contra de las pastoras en la Iglesia primitiva. _____________________________________________________________________________ Notas
Andres MessmerEs profesor a tiempo parcial en la facultad de Teología IBSTE de Barcelona. Enseña lenguas bíblicas y literatura. Es estudiante de doctorado en la Universidad Evangélica de Teología de Lovaina, y planea defender su tesis en 2017. Vive en Madrid con su mujer y sus 3 hijos.
|