“Id por todo el mundo y predicad”, este llamado a la evangelización sigue resonando, y las palabras de nuestro Señor una y otra vez nos animan a que, mientras caminamos por esta tierra, llevemos el mensaje de esperanza.El ser humano tiene el privilegio de cumplir con la demanda de su creador, algo que ni los ángeles, aunque lo anhelen, pueden hacer. Es ahí donde grandes personajes de la historia cristiana entran en juego, entendiendo la importancia de tal llamado a la evangelización. Quisiera empezar por Hudson Taylor.
“La gran comisión no es una opción para ser considerada, sino un mandamiento para ser obedecido”. Estas fueron sus palabras, y su entusiasmo por llevar el mensaje de salvación reflejaba esta convicción. Taylor era conocido por su sensibilidad por los perdidos y el celo por la evangelización. Fue uno de los primeros en incluir obreros de la gente trabajadora (no seminaristas) y mujeres solteras (para la época esto no estaba muy bien visto entre sus camaradas) para llevar a cabo su plan de evangelización. Hudson estaba convencido que el Evangelio solo echa raíces cuando este mensaje se afirma en la cultura que se está dispuesto a evangelizar. Fue así que estableció estrategias únicas de evangelización. Dedicó tiempo para recorrer el Gran Canal de China, allí escogió la ciudad de Hangzhoy -la cual estaba desbastada por la guerra- para establecer una base y sede de evangelismo. Se pasaba mucho tiempo ayudando y predicando a las personas bajo un horario agotador, pero sabía que su tarea era evangelizar. Cientos venían a escuchar el mensaje de salvación que se les predicaba. Hudson fue criado bajo la tradición metodista, esta formación sistematizada fue clave a la hora de emplear un plan de evangelismo para tan grande territorio. Pero en el transcurso de su vida fue miembro de la Baptista Westbourne Grove Church. También mantenía fuertes vínculos con los “hermanos abiertos”, como George Muller. Su pensamiento, práctica y teología eran no-sectarios. Esta forma de pensar lo ayudó a establecer estrategias para llevar a cabo una evangelización prácticamente masiva en una cultura totalmente ajena al conocimiento de Cristo y su obra redentora en el madero. Su plan incluyó el retorno de once visitas al territorio chino para evangelizar; con su método de ayudar -ya que era médico- y al mismo tiempo testificar sin parar. No se podía perder tiempo, las almas eran muchas, el territorio amplio, pero el mensaje llegaba a cada lugar donde se proponía. El historiador Ruth Tucker, en sus notas (1982) resume a Hudson Taylor de la siguiente manera: “Ninguna otra persona, en los diecinueve siglos después del Apóstol Pablo, tuvo una visión más amplia, y ha llevado a cabo un plan sistemático de evangelización para alcanzar una amplia área geográfica que Hudson Taylor”. Seamos perseverantes, ordenados y constantes cuando se trata de llevar el mensaje de salvación. Aprendamos de Hudson Taylor.
Matías Alarcón Suárez
Es graduado en años recientes del Instituto Bíblico Rio de la Plata. Se está preparando para ir de misionero a China, país en el que ya ha estado predicando. Actualmente se encuentra estudiando el idioma de ese país, mientras colabora en la Iglesia de Colegiales en Buenos Aires, Argentina.