Nos encontramos aquí con un libro honesto y sorprendente. Con un trasfondo autobiográfico. Jorge Felip Fernández, biólogo y profesor de universidad y de secundaria, nos narra su personal y particular búsqueda de sentido religioso para su vida. Se confiesa como cristiano y católico, aunque escribe el libro para intentar aclarar sus ideas para cuando se le oscurezca la fe. Por eso conviene leerlo con ojos críticos y comprensivos. No es fácil intentar clarificar por qué uno cree y qué opciones más racionales adopta (hacia dónde se inclina el fiel de la balanza) entre posturas antagónicas.
Producto de un trabajo colectivo, estas páginas son el fruto de años de reflexión y de búsqueda de un lenguaje que permita dotar de racionalidad a las propias creencias. Ante tal desbordamiento de sinceridad, solo cabe el silencio y el respeto.
Un biólogo en búsqueda de sentido
La extensa y multicolor bibliografía que se contiene al final del libro, revela que estamos ante una persona que no solo piensa, sino que intenta buscar respuestas en lo que otros han estudiado a fondo.
¿Qué es lo que pretende el autor? Según lo que el mismo dice en el prólogo: “Esta obra la he escrito con la intención de obligarme a aclarar mis ideas religiosas, que desde hace años me preocupan e implican. Estas ideas son fruto de más de 30 años de reflexión y estudio de una abundante bibliografía, de la que he hecho una reseña de las más significativas para mí, al final de la obra. La reflexión ha ido cuajando poco a poco las ideas, cambiando, corrigiendo, eliminando, etc., hasta asumirlas como propias. Por ello en el texto no hay ninguna cita ni referencia de los autores de los que las he tomado, las cuales en su mayoría las he modificado”.
Y prosigue: “El objetivo que persigo consiste en tener mis ideas religiosas ordenadas y a punto para ser consultadas cuando me falte la memoria y vuelvan a causarme dolor antiguos problemas de fe. Seguramente en adelante nuevos problemas y nuevas dudas aparecerán con el tiempo a las que tendré que hacer frente, pero al menos no serán las mismas. Sin embargo, alguno de los problemas que pienso que está resuelto aquí, no sea solución definitiva y tenga nuevamente que revisarlo o volver a aclararlo. Espero que a alguien que tenga problemas similares, le sirva de ayuda para tomar sus propias decisiones”.
El prólogo del autor
Es particularmente significativo el prólogo del autor, Jorge Felip, del que seleccionamos algunos párrafos: “Durante años me sentí cómodo y seguro con las explicaciones de la Ciencia sobre el mundo, el hombre y las sociedades humanas, en las que la idea de Dios no intervenía ni era necesario. Con el tiempo me di cuenta de que el cientificismo era también una creencia, del mismo orden que la propuesta de Dios. No existen seguridades ni Verdades Absolutas que nos disculpen de la libertad de decidir. Tampoco la opción por el nihilismo o el agnosticismo, me resultaron asumibles, porque en realidad se traduce en vivir una vida como si Dios no existiese y sin explicaciones. Sin duda, este modo de vivir también es una opción sostenida por una creencia, que para mí no es la mejor alternativa aunque sea hoy elegida por una mayoría. Si no podemos eludir la creencia pues pongamos el coraje de decidir su contenido y el esfuerzo por justificarla de modo razonable”.
A lo largo de esta reflexión en voz alta y clara y puesta por escrito con vigor y corazón, Jorge Felip va desgranando los resultados, siempre parciales y perfectibles, de sus convicciones, hacia dónde se inclina el fiel de la balanza de su racionalidad.
Prosigue: “Al observar nuestro entorno natural y humano tengo la impresión de que para su existencia y sostenibilidad, su origen y evolución, debe intervenir una Fuerza y Sabiduría de orden superior que el simple azar y necesidad para dar cuenta de este maravilloso y casi imposible Universo. Esta impresión no apunta a un mayor conocimiento del entorno que la Ciencia no sepa, pues ninguna creencia puede aportar nada al conocimiento positivo, ni tampoco que esa Fuerza derive de una necesidad lógica o metafísica, sino que se propone como posibilidad. En nada altera la constitución de la Naturaleza ni del hombre más allá de lo que la Ciencia describe, ni sostiene una suprarrealidad sobrenatural llena de espíritus, fantasmas o duendes, sucesos milagrosos o acciones mágicas. Para nada obliga a dotar a las cosas de energías espirituales, a los seres vivos de fuerza vital, ni tampoco al hombre de alma inmortal, pues de todo ello no se puede probar su existencia porque esas sustancias sutiles no pueden mostrarse”.
Con el mismo Jorge he debatido si el camino de sus convicciones sigue la misma ruta de otro buscador, Antony Flew. Pero el hilo de sus reflexiones va en otra dirección: “La creencia nos impone una alternativa ¿existe o no existe Dios? La respuesta más razonable es simple, no lo sé y además no puedo saberlo; pero el simple vivir nos obliga a decidir, porque no podemos situarnos en medio, pues en verdad se vive como si Dios no existiese o lo contrario. Sin Dios la vida humana es fugaz, insignificante, limitada, el tiempo se escapa en un presente efímero, cerrando el futuro a toda esperanza, no sólo para el individuo sino para toda la humanidad. Con Dios la vida se llena de valor trascendente, se carga de sentido y finalidad, abriendo el futuro hacia lo eterno. En absoluto puedo probar la existencia de Dios, pero tampoco nadie puede demostrar su imposibilidad, y por eso la elijo como alternativa porque creo que es la mejor”.
¿Cómo se ha escrito este libro?
En el prólogo del editor del libro, Antonio Duato (director de Atrio), narra la historia de la construcción de este ensayo que es fruto de un largo proceso. “Jorge Felip empezó en 2009 a comentar sus reflexiones en las páginas de Atrio, con preferencia por temas de pensamiento y con mente bien estructurada de científico y cristiano adulto. En octubre de 2015 presentó un manuscrito elaborado a lo largo de muchos años, no con el objetivo de publicarlo sino para sí mismo. Nos pareció que era un texto que contenía mucha información y reflexión y que se prestaba a convertirlo en la base de un curso-taller de los que ofrece Atrio.
Tras un mes de colaboración transoceánica entre Jorge Felip y Oscar Varela, el primero de diciembre de 2015 se presentaba en Atrio en formato curso-taller con la denominación “Inclinar la balanza… ciencia y fe”… Los materiales de dicho curso interactivo son accesibles en dicho portal. Al texto definitivo fueron adjuntados resúmenes de los comentarios que sobre sus reflexiones publicadas ha recibido el autor.
Índice Prólogo Primera Parte: Ciencia y religión 1. El Hombre 2. Pensar lo absoluto. Propuestas de contenido de lo Absoluto 3. ¿Existe Dios? 4. La respuesta de Dios 5. El problema del mal - 1) Desde la filosofía y la tradición - 2) Desde la experiencia humana 6. Un Dios personal 7. La fe 8. Una fábula escatológica Segunda Parte: Qué dios, qué religión 1. El Islam. 2. El Judaísmo 3. Jesús de Nazaret 5. La Iglesia 6. La ética del amor Epílogo Conclusión Agradecimientos Bibliografía
Jorge Juan Manuel Felip Fernandez
autor del libro, nació en Santa Cruz de Tenerife, España. Se licenció y doctoró en Ciencias Biológicas, con especialización en las neurociencias en la universidad de La Laguna (Tenerife). Fue profesor de Histología y Embriología en las universidades de La Laguna y la Autónoma de Barcelona. Fue además profesor y administrador académico de secundaria hasta su jubilación (2007), sobre todo en el Instituto de Olesa de Montserrat (Barcelona).
Leandro Sequeiros San Roman
autor de esta reseña, nació en Sevilla, España. Es doctor en Ciencias Geológicas, licenciado en Teología (Granada, 2000) y catedrático de Paleontología. Ha sido profesor de Filosofía de la Naturaleza y de la Ciencia y de Antropología filosófica en la Facultad de Teología de Granada. Es miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Zaragoza, y Miembro del Consejo de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Comillas (UNIJES). Es editor adjunto de la revista Pensamiento, y de Tendencias21.