INICIANDO EL CAMINO MÁS EXCELENTE
OSVALDO L. MOTTESISegundo sermón de una serie de cuatro titulada “El camino más excelente”
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. 2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. 3 Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 7Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Co 13: 1-7. Introducción1. Hemos escogido el capítulo 13 de la 1ra. carta a los corintios para hablar del amor de Dios. Esta carta fue escrita por Pablo para corregir pastoralmente algunas fallas serias, problemas que sufría esa iglesia. Por eso, esta carta se divide natural y claramente en dos partes. La primera, compuesta por los primeros 11 capítulos es la sección correctiva. Del cap. 12 en adelante, tenemos la parte constructiva.
2. Esta sección teológico-pastoral comienza con el magistral capítulo 12, mal llamado de los dones espirituales. Esto ocurre, pues en algunas versiones comienza con la expresión : “y acerca de los dones espirituales…” y además, porque en todas las versiones que conozco, esta perícopa se titula ¨Dones espirituales”. 3. Descubrimos que, definitivamente, la palabra “dones” no se encuentra en los manuscritos más antiguos. Aunque es muy cierto que luego todo este capítulo se dedica a los dones del Espíritu Santo, el término griego pneumática puede ser traducido muy literalmente también como “espiritualidades”. 4. Esta 1ra. frase de la 2da. sección de la carta, o sea el inicio del cap. 12, indica que el apóstol deja de tratar correctivamente las “concupiscencias” o “carnalidades”, para enseñar constructivamente acerca de las “espiritualidades”. Las mismas son para Pablo el secreto del poder en la vida cristiana. Y de todas estas “espiritualidades”, de todas ellas “el camino más excelente”, bueno en grado sumo, es el camino del amor agape. 5. La primera sección del capítulo va de los versículos 1 al 3. Esta es una breve pero decisiva transición demostrativa. De la exposición del cap. 12 sobre las diferentes “espiritualidades” o “dones”, todos necesarios en el Cuerpo de Cristo, va entrar en la exposición del “camino más excelente”, el de amor. Pero antes demuestra que sin el amor de Dios, ningún don tiene valor. 6. Este pasaje es un himno poético glorioso o, por lo menos, según quienes no lo consideran himno, literatura lírica en su máxima expresión. En el mismo Pablo destaca 15 virtudes del amor agape. Descubrirlas y vivirlas son la clave para una vida cristiana de bendición. Hoy veremos las primeras ocho virtudes que Pablo destaca. Pasemos pues, al desafío de hallar algo nuevo en un texto bíblico tan interpretado, enseñado y predicado, acerca de las realidades e implicaciones del amor de Dios. I. El amor ES PACIENTE. Otras versiones traducen “sufrido” y que “sabe soportar”. A. Es amor que genera paciencia con la gente y no meramente con las circunstancias. Este amor produce siervas y siervos lentos para el enojo con los demás. Surgen a veces circunstancias que “nos descolocan”, “nos ponen fuera de sí”, “nos perturban”. De inmediato buscamos a posibles responsables de las mismas. Nos ocurre cada día. B. El amor de Dios nos hace soportar las circunstancias y vencerlas. Pero por sobre todo, no hace amar a quienes consideramos como responsables por tales circunstancias. II. El amor ES BONDADOSO. Otras versiones traducen: “es benigno”, “es servicial”, “es afable”, “es dulce para todos” y “es caridad dulce y bienhechora” A. La paciencia puede agotarse. De hecho, suele agotarse. Pero la bondad, labenignidad del amor agape trascienden la paciencia. Sólo la unción del Espíritu Santo, que nos llena de agape, nos permite perdonar sin límite. B. Somos llamadas, llamados a perdonar “no hasta siete, sino hasta setenta veces siete” (Mt 18:22). Es decir, siempre. Sólo el amor de Dios es capaz de hacer esto a través de nuestras vidas. Y esto también trae no solo reconciliación nuestros prójimos, sino una paz interior y personal inefable. C. Viene ahora a mi memoria la exhortación de un anciano pastor. Esta de joven iluminó mi vida. Refiriéndose a quienes se transforman en “piedras de tropiezo” en el ministerio pastoral me dijo: “Ámales, aun a quienes te aborrecen… especialmente a ellos y a ellas, porque quienes menos lo merecen son quienes más lo necesitan”. III. El amor NO ES ENVIDIOSO. Otras versiones traducen: “no tiene envidia” y “no es celoso”. A. Pablo enfatiza en el cap. 12 la diversidad de dones, ministerios y operaciones que existen en el Cuerpo de Cristo. En los vv. 15 y 16 comenta: “Si el pie dijera: «Como no soy mano, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo. Y, si la oreja dijera: «Como no soy ojo, no soy del cuerpo», no por eso dejaría de ser parte del cuerpo”. Aquí se imagina al pie está envidiando a la mano, y al oído celando del ojo. B. La envidia es imposible en el amor del Cuerpo de Cristo. Donde hay amor el pie se regocija con las destrezas de la mano, y el oído de la luminosidad del ojo. No hay envidia en absoluto. Envidia y avivamiento, envidia y misión son como el agua y el aceite en las labores del Reino de Dios. IV. El amor NO ES JACTANCIOSO. Otras versiones traducen: “no quiere aparentar”, “no es presumido” y “no es ostentoso”. A. El amor es modesto por excelencia. Agape está siempre másimpresionadopor su propio poco valor, que por su propio mérito. Hay quienes ofrecen amor con la idea ilusoria de que estar confiriendo un favor especial a quien o quienes fueren. B. Cristianos y cristianas llenos de agape, jamás podrán superar el asombro de ser amados y amadas. Recibimos amor, como una realidad siempre superior en mérito, al acto de amar. Agape y meritocracia son como el agua y el aceite. V. El amor NO ES ORGULLOSO. Otras versiones traducen: “no se envanece”, “no se engríe”, “no es arrogante” y “no se hincha”. A. Esta expresión aun va más, mucho más profundo que la anterior. Nos muestra por qué el amor “no es jactancioso”. Aquí se nos revela “la santa inconsciencia” del amor agape. Esto es, no pensar de nosotras, nosotros mismos como algo de lo cual podamos sentir orgullo. Alguien dijo con sabiduría de lo alto: “el orgullo es como el mal aliento; todos, todas lo notan menos el que lo lleva”. B. Siervas y siervos realmente grandes en el Señor, jamás piensan acerca de su propia importancia. Billy Graham, en su primera cruzada en Buenos Aires en 1962 tuvo un Retiro Pastoral. Yo aún estudiaba en el seminario y recién iniciaba mi ministerio. Me he olvidado de todo lo que nos predicó. Sólo recuerdo una frase que se me clavó en el corazón: “No te tomes a ti mismo muy en serio”. Y esto es fundamental para ser siervas y siervos del Cordero de Dios. VI. El amor NO SE COMPORTA CON RUDEZA. Otras versiones traducen: “no hace nada indebido”, “no es grosero”, “no obra precipitadamente” y “no actúa con bajeza”. A. Es un amor fruto de la gracia de Dios. Es muy significativo que en griego una misma palabra se traduce a la vez como “gracia” y como “encanto”. Hay un tipo de cristianas y cristianos que parece que se deleitan en ser descorteces, a veces hasta groseras o groseros. B. La cortesía y el tacto, la finura y la amabilidad, cuando son genuinas y no meramente diplomáticas, son virtudes. Esta es la afabilidad en el amor cristiano. Quizás sean virtudes menores para algunos o algunas, pero expresan la real calidad de nuestra unción espiritual. VII. El amor NO ES EGOÍSTA. Otras versiones traducen: “no busca lo suyo”, “no busca su interés” y “no trata de salirse siempre con la suya”. A. Existen dos tipos de personas, aún entre los hijos e hijas de Dios. Quienes están pensando siempre en sus derechos, y quienes están siempre conscientes de sus deberes. Quienes piensan lo que la vida les debe, y quienes nunca se olvidan lo que le deben a la vida. Es decir, al Dios de la vida. B. “Perder para ganar”, es la enseñanza clave del testimonio personal de Pablo. Perder nuestra basura, para ganar la gloria de Cristo. (Fil 3:4-14). Cuando comenzamos a enfatizar demasiado “lo nuestro”, perdemos lo de Dios. VIII. El amor NO SE ENOJA FÁCILMENTE. Otras versiones traducen: “no se irrita”, “no es irritable ni quisquilloso”, “no se exaspera” y “no se deja llevar por la ira”. A. El poder del agape controla nuestro temperamento ante todo tipo de circunstancias. No son las circunstancias sino el Señor, en medio de toda circunstancia, quien tiene el control de nuestra vida. B. El poder del agape controla y transforma en victoria toda circunstancia, por difícil o sufriente que sea. Lo fue con JesuCristo y su misma Cruz. Lo puede y quiere ser en cada una de nuestras vidas. Recuerda: “Nuestra vida es travesía. Las que consideramos tempestades destructivas, son muchas veces soplos de viento, que reconducen nuestra barca a importantes puertos. Destinos a los que jamás habríamos arribado, de haber tenido una plácida travesía”. C. El poder del agape nos transforma en verdaderas primicias del Reino de Dios. Es decir, hombres y mujeres que buscamos reproducir en nuestras vidas y las de nuestras comunidades de fe, el clima de amor y libertad, justicia y paz, armonía y seguridad del Reino de Dios ¡Enciende el fuego! En el norte de Alaska, en medio de más crudo invierno, un joven montañés visitó a su vecino. Al entrar vio al amigo intentando quitar, con un cuchillo, de los cristales de sus ventanas, el hielo que se había acumulado allí dentro. El hielo crecía, opacaba los cristales y oscurecía toda la casa. Por más que se esforzaba aquel hombre, nada lograba. El vecino entonces le gritó: -- ¡Olvídate de economizar leña! ¡enciende el fuego! -- Tienes razón fue la respuesta. A pocos minutos de encender la leña del hogar, el calor comenzó a derretir el hielo. Cuanto más crecía el fuego, la luz del sol invernal iluminaba mejor toda la casa. Todo cambió, ¡tan solo por encender el fuego! Necesitamos permitir que Dios encienda por su Espíritu el fuego de su amor agape en la frialdad oscura de nuestras vidas. Y todo cambiará. Cerramos esta parte de nuestra serie de reflexiones, con una poesía del mexicano Gonzalo Báez Camargo. Esta relaciona el amor agape, amor de Dios, con nuestra vida y misión por un mundo mejor: Dios quiere llevar su mundo Por un camino de amor; Si eres mezquino, egoísta, Le está estorbando a Dios. Dios le ha trazado a su mundo Suerte y destino de amor; Si tienes rencor o envidia, Le estás estorbando a Dios. Si eres duro, si no amas, estás combatiendo a Dios. Dios ama, sirve y perdona: Dios es infinito amor! Permitamos al Espíritu Santo encender el fuego cálido e iluminador de su amor agape en nuestras vidas. Ellas entonces brillarán y llevarán el calor de la ternura de Dios, a un mundo que la ha perdido. Que así sea. Ese es mi deseo y mi oración. |