JUANA MANSO: UNA MUJER FUERA DE LO COMÚN (1819 – 1875)
MATIAS ALARCON SUAREZ
Juana Manso nació en Buenos Aires, Argentina, en el año 1819. Se convirtió al protestantismo y -antes de morir- le pidieron que renegase de su fe para poder ser enterrada en el cementerio local. Pero no lo hizo. Fue enterrada en el cementerio inglés, con la siguiente leyenda: “Aquí yace una argentina que en medio de la noche de la indiferencia que envolvía a la patria, prefirió ser enterrada entre extranjeros antes que profanar el santuario de su conciencia”
Concurrió a una de las primeras escuelas para niñas de la ciudad de Buenos Aires. Su padre, José María Manso, participó de las batallas por la Revolución de 1810, luego fue partícipe del gobierno unitario de Bernardino Rivadavia, lo cual impulsó la creación de la Sociedad de Beneficencia Educativa, con el fin de fundar las escuelas de las Catalinas y la de Montserrat. Esto les trajo muchos trastornos futuros porque, en 1839, Juana Manso, con 20 años, emigra a Montevideo por las persecuciones que su familia recibe durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. En 1841, en dos habitaciones de su propia casa, Juana Manso funda el Ateneo de las Señoritas en Montevideo; allí enseñaba a las jóvenes y señoras del Uruguay en aritmética, lectura, labores, el cuidado de los modales de las damas, lecciones de moral, gramática, francés, piano, canto y dibujo. Es considerada por muchos la primera militante feminista argentina. Escribió el primer compendio de Historia Argentina, fue autora de novelas históricas donde denunciaba la situación de los más postergados de la época: la infancia y las mujeres. Poeta y gran oradora. Juana se interesó por mejorar la vida de los niños y las niñas de su época, cuando la mayoría de las personas no sabían leer ni escribir, y las pocas escuelas que existían eran para los hijos de las familias ricas. En las provincias del interior las escuelas eran muy pobres. La enseñanza religiosa era muy importante, y en cuanto a la disciplina reinaba el castigo. “La letra con sangre entra” era un dicho común. Juana creía que las escuelas debían ser lugares alegres, luminosos y limpios. Que al niño había que despertarle el interés por aprender a través del buen trato, del ejemplo, del juego y del amor. Consideraba que ser maestro era una de las profesiones más bellas e importantes de cualquier país. José Mármol, en 1859, la presenta a Domingo Faustino Sarmiento; ambos coincidían en promover las escuelas públicas y mixtas y cuando Sarmiento fundó la Escuela Normal Mixta Nº1, Manso fue nombrada directora de ésta. Juana Manso murió a los 55 años, sin honores y en la pobreza. Aún enferma, seguía enseñando a leer y escribir a los niños que vivían en su humilde barrio. Se había convertido al protestantismo y antes de morir le pidieron que renegase de su fe para poder ser enterrada en el cementerio local. Pero no lo hizo. Fue enterrada en el cementerio inglés, con la siguiente leyenda: “Aquí yace una argentina que en medio de la noche de la indiferencia que envolvía a la patria, prefirió ser enterrada entre extranjeros antes que profanar el santuario de su conciencia”. En 1915, sus restos fueron depositados en el Panteón del Magisterio, en el cementerio municipal de la Chacarita. “Rodéame la indiferencia y persisto; brisas glaciales se ciernen sobre mi cabeza y persisto; acaso la perseverancia de un apostolado que se desecha por inútil será la sola memoria que dejaré a mi patria.” Juana Manso.
Matías Alarcón Suárez
Graduado del Instituto Bíblico Rio de la Plata. Se está preparando para ir de misionero a China, país en el que ya ha estado predicando. Actualmente se encuentra estudiando el idioma de ese país.