LA ESCALADA GLOBAL DE INJUSTICIA SOCIAL
OSVALDO L. MOTTESIEl informe que publicamos más adelante, de fuentes reconocidas, proyecta estadísticas escalofriantes. Estas no muestran nada nuevo. Solo los frutos repetidos de la tragedia de siempre, tan vieja como la misma humanidad. Su raíz está en el pecado. Su nombre es injusticia social. Lo que sí impacta es la muestra del frenético crecimiento de la brecha entre una casta multimillonaria, cada vez más superrica, amancebada con el poder tecnofinanciero globalizado, y la cada vez más populosa y pobre inmensa mayoría de una humanidad desamparada. ¡QUÉ ASCO!
Como nunca antes se hacen más que relevantes palabras proféticas de la Biblia:
Las de Amós, el campesino pastor: “Venden al justo por monedas, y al necesitado, por un par de sandalias. Pisotean la cabeza de los desvalidos como si fuera el polvo de la tierra, y pervierten el camino de los pobres” (2:6-7). Las de Isaías, el poeta culto y consejero de reyes: “¡Dejen de hacer el mal!¡Aprendan a hacer el bien!¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!” (1:16-18). Las de Jesús, el Señor: “—¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios! En realidad, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios” (Lc 18:24-25). Las de Santiago, medio hermano del Señor: “Ahora escuchen, ustedes los ricos: ¡lloren a gritos por las calamidades que se les vienen encima! Se ha podrido su riqueza, y sus ropas están comidas por la polilla. Se han oxidado su oro y su plata. Ese óxido dará testimonio contra ustedes y consumirá como fuego sus cuerpos. Han amontonado riquezas, ¡y eso que estamos en los últimos tiempos! Oigan cómo clama contra ustedes el salario no pagado a los obreros que les trabajaron sus campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor Todopoderoso. Ustedes han llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que han hecho es engordar para el día de la matanza. Han condenado y matado al justo sin que él les ofreciera resistencia”. (5:1-6) 26 MULTIMILLONARIOS CONCENTRAN TANTA RIQUEZA COMO LA MITAD DE LA HUMANIDAD
La riqueza de los multimillonarios del mundo aumentó 900.000 millones de dólares el año pasado, a un ritmo de 2.500 millones de dólares por día, mientras los ingresos de la mitad más pobre de la población del planeta, cayó un 11%, reveló el informe anual de la ONG Oxfam Internacional, el 21 de enero de 2020. La concentración de la riqueza se acentuó a tal punto en 2018 en el mundo que 26 multimillonarios poseen más dinero que los 3.800 millones de personas más pobres del planeta, según un informe de la ONG Oxfam Internacional publicado el lunes. "El abismo que aumenta entre ricos y pobres penaliza la lucha contra la pobreza, perjudica la economía y alimenta la rabia en el mundo", afirmó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, citada en un comunicado. Según esta ONG, en 2018 la proporción era de 43 multimillonarios es de más riqueza que la mitad más pobre de la humanidad. Los Gobiernos "deben asegurarse de que las empresas y los más ricos paguen su parte de impuestos", agregó. Byanina habló con motivo de la publicación del tradicional informe anual de Oxfam sobre las desigualdades mundiales, antes del comienzo del Foro Económico de Davos (WEF), que se celebra en esa ciudad hasta el viernes. Las cifras de la ONG se basan en datos publicados por la revista Forbes y el banco Crédit Suisse, una metodología cuestionada por algunos economistas. La mayoría de estos multimillonarios son estadounidenses, según la lista de Forbes. Los nombres incluyen a Jeff Bezos, de Amazon; Bill Gates, de Microsoft; Warren Buffett, de Berkshire Hathaway, y Mark Zuckerberg, de Facebook, quienes juntos reúnen 357 mil millones de dólares de riqueza, según Forbes. Según Oxfam, la riqueza del hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, dueño de Amazon, alcanzó el año pasado 112.000 millones de dólares. "El presupuesto de salud de Etiopía equivale al 1% de su fortuna", subraya. De manera general, la riqueza de los multimillonarios del mundo aumentó 900.000 millones de dólares el año pasado, a un ritmo de 2.500 millones de dólares por día, mientras los ingresos de la mitad más pobre de la población del planeta, cayó un 11%, precisó. La cantidad de multimillonarios se duplicó desde la crisis financiera de 2008, añade Oxfam. La ONG constata que "los ricos se benefician no solo de una fortuna en plena expansión, sino, también, de los niveles impositivos menos elevados desde hace décadas". "Si la tendencia fuese contraria, la mayoría de los Gobiernos tendrían suficientes recursos para financiar los servicios públicos", subrayó Oxfam, que estima que "la riqueza está particularmente infragravada". Oxfam precisa que de un dólar de impuestos a los ingresos, solo cuatro céntimos provienen del impuesto a la riqueza. Según Oxfam, que estima que los más ricos esconden al fisco 7,6 billones de dólares, en algunos países como Brasil o Reino Unido, "los 10% más pobres pagan impuestos más altos en proporción a sus ingresos que los más ricos". Este informe se publica cuando la presión impositiva de las grandes fortunas es objeto de debate en varios países. JesuCristo proclamó desde la humilde sinagoga de Nazaret, su barrio de la infancia, la plataforma de su programa ministerial. Este fue y es el manifiesto del Reino de Dios:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor». (Lc 4: 18-19) La Iglesia, muy “ortodoxa y obediente”, se la ha pasado rogándole litúrgicamente al Señor ¡Venga tu Reino!, pero muy poco ha hecho para transformar realmente, aunque fuera en parte, el cementerio de injusticia de este mundo. Rogar la bendición plena del Reino para sí, y a la vez no vivir y luchar por la desaparición de la miseria y en especial el pecado de la injusticia que la produce, es la peor de las hipocresías. El aburguesamiento de la fe cristiana, institucionalizada en mil confesiones, la ha hecho coexistir a través de la historia hasta hoy, con los no valores de una sociedad cuyo verdadero dios es la riqueza y el poder. Por eso, muchas veces ha sido cómplice de la injusticia. La historia la ha visto disfrazar, con mil artes religiosos, su partidismo por y con “las y los de arriba”. Ante la escalada actual sin paralelo de la injusticia en el mundo, es necesario responder desde las mil trincheras de la vida, al llamado radical: “¡Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo!” (Ef 5:14). “A QUIEN LE CALCE EL SAYO, QUE SE LO PONGA
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