LA PREDICACIÓN Y SU IMPORTANCIA PARA HOYS. YEURY FERREIRAActualmente hay algunas voces que afirman, aun dentro del cristianismo, que la predicación ha pasado de moda, que sus días han terminado y que la misma ha sido superada por los medios modernos de comunicación. En muchos círculos contemporáneos, la predicación no tiene razón de ser y es incompatible con la sociedad actual. La predicación, según dicen, es “un arte moribundo, una forma obsoleta de comunicación, el eco de un pasado que quedó atrás”.
Sin embargo, a pesar de todos los argumentos opuestos a la predicación, se puede afirmar con toda seguridad que es tan relevante hoy como siempre lo ha sido; que la misma no ha pasado de moda y que sus años dorados no son asunto del pasado sino que sus mejores años están por delante. Refiriéndose a la importancia de la predicación, el ministro británico John Stott escribió que la misma es indispensable para el cristianismo. “Sin ella —afirmó—, se pierde una parte necesaria de su autenticidad, puesto que el cristianismo es por su esencia la religión de la Palabra de Dios”.[1] Por su parte, Carl J. Sanders enfatizó la importancia de la predicación al señalar que “la historia prueba que la iglesia puede existir sin edificios, sin liturgias, sin coros, sin escuelas bíblicas, sin clérigos profesionales, sin credos y aun sin sociedades eclesiásticas. Pero es muy probable que no pueda existir sin la predicación de la Palabra. La predicación tiene más poder que cualquier otra cosa que la iglesia tenga o haga”.[2] Puesto que la predicación es indispensable para el cristianismo, permítanme abordar de manera breve cinco áreas en las que adquiere un papel protagónico. 1. La predicación y la salvación de los perdidos San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, dice que: “Agradó a Dios salvar a los creyentes por medio de la locura de la predicación”.[3] E. G. White nos dice en Testimonio (tomo 5, p. 87) que “la predicación del evangelio es el agente escogido por Dios para la salvación de las almas”. La predicación juega un papel importante en la salvación, ya que como dijera el apóstol Pablo en Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. 2. La predicación y el cumplimiento de la misión El mensaje de la salvación de nuestro Señor Jesucristo debe ser transmitido. Esa trasmisión se lleva a cabo primordialmente mediante la predicación. El pastor C. B. Hayne indicó que: “El cristianismo, como mensaje será propagado por medio de la predicación. Como verdad, será enseñado por medio de la predicación. Como cuerpo de doctrina, será explicado por medio de la predicación. Como vida, será impartido por medio de la predicación”.[4] 3. La predicación y el crecimiento de la iglesia La predicación es parte esencial en el crecimiento de la iglesia. No es casualidad que, originalmente, la iglesia haya nacido y se haya desarrollado a través de la predicación. De hecho, casi cada vez que Lucas hizo alguna observación acerca de los patrones de crecimiento de la iglesia primitiva, se expresó en términos como estos: “Y crecía la palabra del Señor”. La predicación es la estrategia principal de Dios para el crecimiento de la iglesia. John MacArthur afirma que: “El ministerio de la palabra es la principal arma espiritual en el arsenal de la iglesia, la única semilla para la plantación de nuevas congregaciones, la herramienta para la edificación de los nuevos creyentes y la primordial estrategia en el plan de Dios para discipular las naciones. No la predicación, no la iglesia. No la proclamación, no el crecimiento de la iglesia. La predicación es el corazón, la sangre y todo el sistema circulatorio de la iglesia y su crecimiento”.[5] 4. La predicación y el avivamiento La predicación siempre ha sido precursora del amanecer de alguna reforma o de un avivamiento. “Cualquier estudio de los periodos de gran avivamiento —alega Martin Lloyd Jones— demuestra, ante todo, este simple hecho: que la iglesia cristiana ha hablado con autoridad en cada uno de esos periodos. La gran característica de todos los avivamientos ha sido la autoridad del predicador”.[6] La predicación es la clave para el avivamiento de la iglesia. Griffith Tomas, en su obra The Work of the Ministry,señala que: “La prosperidad espiritual de cualquier iglesia es principalmente determinada por el ministerio del don de la predicación y afirmo mi convicción de que la condición espiritual de la iglesia hoy está en directa proporción a la negligencia en la predicación. Cuando observamos la falta de interés en la asistencia a la iglesia y, todavía más, la ausencia del poder espiritual en la vida de la iglesia, no creo que sea muy errado describir esa situación como negligencia en la predicación”.[7] 5. La predicación y el cuidado pastoral Por último, la predicación es vital para el cuidado pastoral de la iglesia. Jesús le ha encomendado a cada ministro la misma encomienda que le dio a Pedro: “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:15). La salud espiritual de la iglesia está estrechamente ligada con la predicación que las nutre. Los miembros necesitan alimento espiritual. Únicamente la exposición de la Palabra de Dios puede suplir esa necesidad. La iglesia que reciba el Pan de vida a través de la predicación, gozará de cristianos fuertes. Por el contrario, la que carezca de predicación bíblica será testigo de la apostasía y decadencia de sus miembros. Conclusión Podemos afirmar, para concluir que, contrario a lo que muchos profetas modernos declaran, la predicación vive y goza de buena salud. La comunicación oral del mensaje divino es necesaria hoy más que nunca. Tanto la sociedad que corre tras el secularismo y la iglesia que decae ante la apatía, necesitan hoy más que nunca el bálsamo curativo que solo viene a través de la exposición fiel de la Palabra de Dios. _______________________________________________________________________________ 1] John Stott, p. 13. [2] Citado por Stephen F. Olford, Guía de la predicación expositiva (Nashville, Tennessee: B&H Group, 2005), p. 5. [3] 1 Corintios 1:21. [4] C. B. Haynes, The divine Art of Preaching (Washington, D.C: Review and Herald Publishing Association. 1939), p. 18. [5] Citado por David Eby, Power Preaching for Church Growth (Christian Focus Publications, 2009), p. 9. [6] Martin Lloyd-Jones, Autority (Downer Grove, IL: InterVarsity, 1958), p. 10. [7] Citado por Alfonzo Valenzuela, Exposición del mensaje divino (Pasadena, California: Living Ministry, 2005), p. 16 S. YEURY FERREIRAes pastor ordenado de la iglesia adventista del séptimo día. Posee una licenciatura en teología, una maestría en liderazgo pastoral y otra en predicación bíblica. Actualmente cursa sus estudios doctorales en la universidad de Andrews. Es autor de Predicación, de la teoría a la práctica; Espiritualidad: vívela, disfrútala y compártela, y Solo en Jesús: Su obra en nosotros y por nosotros.
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