LO QUE HOY BRINDA JESUCRISTO
Un Sermón Evangelístico OSVALDO L. MOTTESI“Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan! Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas”. Mateo 7:7-12
Introducción
1. La historia del mundo es la historia de los seres humanos en busca de regalos y recompensas. En distintas épocas, la humanidad se volcó tras pretendidos líderes y doctrinas salvadoras. Se dejaron cautivar por lo que estos caudillos y sus palabras les brindaban. Una vez fue la cruz gamada del nazismo. Hasta hace poco ha sido la hoz y el martillo en cruz del comunismo. Ahora es la ideología del neoliberalismo capitalista. Fueron y son ofertas para una vida mejor. El resultado fue la ruina y la desolación. En lugar del paraíso, odio y guerras en la tierra. En vez de fraternidad universal, divisiones y antagonismos entre los seres humanos. 2. Nuestro mundo está viejo y enfermo, cansado de las presuntas medicinas milagrosas que a través de la historia, para sus males, le han estado recetando. El escepticismo cunde por todas partes. Los seres humanos se sienten impotentes para solucionar sus problemas. Viejos luchadores y luchadoras van renunciando a encontrar la fórmula salvadora. Tiempo atrás escriba el filósofo inglés Bertrand Russell: “Breve e impotente es la vida del humano, sobre él y sobre el mundo cae lenta pero inexorable la destrucción negra y sin misericordia”. 3. Estamos viviendo una hora de crisis en todos los órdenes de la vida. Ya los seres humanos está hartos de oír, a las celebridades de turno, ofreciendo sus panaceas. El mundo parece un inmenso mercado. Una feria donde cada una, cada uno ofrece su propia piedra filosofal. Allí se encuentran soluciones y doctrinas de todo color y pelaje. Allí se puede elegir lo que más nos plazca para el remedio de cada problema. Pero he aquí que el mercado se está quedando desierto. No hay gran venta de mercadería. Los hombres y mujeres de hoy se han cansado de ser estafados en sus sueños e ideales. Ya no les cautivan más los aparentes líderes providenciales. Detrás de ellos adivinan la demagogia y la mentira. Ya no encuentran algo o alguien en quien confiar. 4. Pero no todo está perdido. Hay aún una posibilidad gloriosa para tu vida. Hay alguien que aún ofrece su solución. Alguien que no se ha desalentado por el olvido de los seres humanos. Alguien que aún espera la confianza de los desconfiados. Alguien en quien tú puedes y debes confiar. Las suyas no son sólo hermosas palabras. El respaldó con la ofrenda de su propia vida, lo que hoy te ofrece. Ese alguien es JesuCristo, que hoy te brinda la experiencia incomparable de venir a ser tu luz reveladora, tu pastor amante y tu pan espiritual. Es JesuCristo, quien apela a una decisión en tu propia vida. 5. El mundo de nuestros días vive una hora de verdadero desborde intelectual. Pero este avance en el desarrollo de la mente humana no nos está llevando a un verdadero conocimiento espiritual. Se está cumpliendo lo afirmado por la Biblia cuando dice que los humanos: “profesando ser sabios, se hicieron necios” (Ro 1:22). La criatura humana cuanto más sabia, más ignorante se ha hecho ante las grandes realidades espirituales de Dios. Ante esta trágica ignorancia de la humanidad, JesuCristo hoy nos brinda, JesuCristo hoy te ofrece a ti: VERDADERO CONOCIMIENTO ESPIRITUAL La Biblia nos declara hoy, desde el mismo corazón del Evangelio, la primera gran afirmación de JesuCristo: Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8:12). 1. Corría el año 1939 cuando estalló, como una triste realidad de muerte y destrucción, la segunda guerra mundial. Winston Churchill, el gran político británico que tanto luchara para impedir la contienda, estaba apoyado silencioso sobre las barandas del puente de Londres. Observaba pensativo la gran metrópoli, que a orillas del río Támesis recortaba la figura de sus grandes edificios. De pronto las luces de la ciudad se apagaron, pues en pocos instantes comenzaría el primer bombardeo. El viejo estadista, al ver su querida ciudad en sombras, dijo melancólico: “Hoy las luces se apagan sobre toda Europa”. 2. Nosotros tenemos hoy que decir, con mayor melancolía y tristeza: “Hoy las luces se apagan sobre el mundo entero”. Hoy se apagan las luces de la civilización, pues los humanos cultivan sus cerebros para la guerra. Hoy se apagan las luces de la cultura fraternal, pues los hombres y mujeres son más educados y formales, tan sólo para ocultar sus bajas y groseras pasiones. Hoy se apagan las luces de la buena voluntad, pues los humanos solo fomentan odio y confrontación con sus semejantes. Hoy se apagan las luces de las soluciones positivas y amorosas, pues las personas ya no creen ni confían en las soluciones de este mundo. Hoy se apagan las luces de la esperanza, pues muchos ya han llegado a la desesperación. 3. Hoy se apagan las luces. Nuestro siglo es un siglo en tinieblas, y nuestro mundo es un mundo que ha perdido su alma. La humanidad ha creado con su pecado un cortocircuito eterno con la luz de Dios. Pero se abre la Biblia, la Palabra de Dios. Ella lanza los destellos de su luz inefable. JesuCristo habla al corazón humano con voz enfática y amorosa, que apela a una decisión espiritual. Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. JesuCristo es la luz que desea iluminar las sombras de tu vida. Él puede darte el más grande de los conocimientos. No el conocimiento intelectual del cual el mundo tanto se ufana, sino un nuevo conocimiento. El conocimiento espiritual que habrá de iluminarte con la sabiduría de Dios. 4. Ese conocimiento espiritual te hace reconocer -ahora mismo- la realidad del pecado que te ha separado del Creador. Ese conocimiento te muestra la gloria del amor de Dios, por el que JesuCristo entregó su vida en la Cruz, para pagar la deuda de tus desobediencias. Deja que JesuCristo te ilumine y brinde hoy perdón y salvación. Permite que el amante Jesús venga al oscuro pesebre de tu corazón, y lo transforme en luminosa catedral donde él reine y tú le adores. 5. La historia del mundo es la reproducción de un triste panorama de angustiosa sensación de desamparo. Dijo el Mahatma Gandhi: “Somos una humanidad confusa en medio del polvo, la sangre, la gritería y el tumulto del diario trajinar”. La humanidad está siendo atacada por una verdadera neurosis de inseguridad. Ante ella, JesuCristo hoy nos brinda, JesuCristo hoy te brinda a ti: VERDADERO CUIDADO ESPIRITUAL Nuevamente la Biblia nos entrega, desde el corazón del Evangelio, la segunda afirmación de JesuCristo: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (Jn10:11). 1. Ha pasado los tiempos, y el ser humano sigue rebelándose ante estas palabras del Señor. El espíritu de nuestro siglo no acepta el cuadro del pastor Jesús. Un joven estudiante me afirmó hace pocos meses, en el recinto de la Universidad de Puerto Rico, que el cristianismo es negativo, pues define con una psicología de oveja a la personalidad humana. Yo le contesté a ese muchacho que era verdad. La Biblia trata a los seres humanos como ovejas y lo hace con justa razón. 2. Con euforia muchas veces declaramos nuestra autoindependencia. Nos afirmamos en la idea de bastarnos a nosotras, nosotros mismos, de no necesitar de nada ni nadie que nos guíe y nos proteja. Queremos prescindir de Dios y ser nuestros propios pastores y pastoras. Lo paradójico es que, después de la triste aventura, acabamos por brindar el espectáculo que antes negábamos con todas nuestras fuerzas. Nos mostramos como una manda de ovejas dispersas y heridas, hambrientas y desorientadas, temerosas y perseguidas por los lobos. Pese a nosotras y nosotros mismos, nos mostramos con todas las características de “ovejas sin pastor”. 3. Lo peor aún, es que muchas veces olvidamos nuestras absurdas ansias de autoindependencia. Con facilidad vamos en pos de falsos pastores, que no buscan el bien de su rebaño, sino que usan sus ovejas para el logro de sus egolátricas metas personales. La historia ha mostrado a las multitudes agolparse cual cautivado rebaño, a la zaga de líderes erigidos por sí mismos, al imperio de falsas circunstancias, en dioses y pastores de los pueblos. “Falsos pastores” que llevaron al desastre a sus ovejas. 4. Y en otro orden de cosas. ¿No es verdad que cuando no seguimos a Dios, nos inventamos otro pastor dentro nuestro, para que ocupe su lugar? ¿No es verdad que corremos tras el pastor del dinero o el placer, el poder o el engrandecimiento de nuestro propio yo? Nuestro problema subsiste porque no hemos podido esquivar la disyuntiva: o seguimos a Dios o a un falso pastor. Dice la Biblia que Jesús: “Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor” Mt 9:36. 5. Para ti es la pregunta de Dios: ¿Cuál es tu pastor? ¿Quién es el que orienta realmente tu vida? Si es tu propia vanidad o tus inclinaciones personales, tus fantasías o tus reincidencias en el pecado, estés gozando la pobre libertad esclava, que has comprado al precio de tu olvido y rechazo del Buen Pastor. ¿Cuál ha sido el resultado de to orientarte a ti misma, a ti mismo? Fracaso; indigestión espiritual con los pastos cautivantes pero venenosos de este mundo. Sed que no sacia el agua amarga de este valle de miserias. ¿No deseas cubrir tu desamparo con el cuidado incomparable y eterno de Dios? El desea cuidar y guiar tu vida a buenos pastos y a refrescantes aguas. JesuCristo quiere cuidar tu vida para siempre. Acéptale en tu corazón como tu Salvador, Señor y Buen Pastor. 6. Dijo el libertador Simón Bolívar: “El hambre y el amor constituyen el germen de toda la historia humana”. La historia del mundo es, en gran parte, la historia de la lucha del humano contra el hambre. La búsqueda de alimento sigue siendo aún en nuestros días, la tarea que ocupa todo el tiempo y los afanes de muchos pueblos. Hoy, en medio de tanto progreso, el hambre de muchos, es la vergüenza de todos. En esta hora de la gran hambre del mundo, JesuCristo hoy nos brinda, JesuCristo hoy te brinda a ti: VERDADERO ALIMENTO ESPIRITUAL JesuCristo nos entrega otra gloriosa afirmación a través de la Biblia: “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed” (Jn 6:35). 1. El hambre que sufren muchos pueblos es la mancha de nuestro siglo y la deshonra de nuestra civilización. Más de la cuarta parte de la población mundial vive sumida en la desnutrición y en las enfermedades que crea la falta de alimentación. Millones de niños y niñas nacen para vivir poco y mal, y morir literalmente de hambre. Este es uno de los pecados sociales de nuestro tiempo. Organizaciones internacionales y políticas, médicos y sociólogos tratan de resolver este angustioso problema. Como pueblo de Dios, somos llamados a luchar contra este escándalo mundial del hambre. 2. Pero nuestra mayor preocupación -aquí y ahora- no está en el hambre fisiológica de la humanidad. Hay otra hambre mucho más importante. La Biblia nos enseña que el verdadero problema del humano y del mundo está en el hambre. Pero no en el hambre de estómagos vacíos. Hay un lugar estratégico del ser humano que también está vacío. Ese lugar es el corazón. Ese corazón que tantas veces quiso alimentarse con los manjares de este mundo, y se indigestó. Ese corazón que tras el fracaso sigue vacío y hambriento de paz, gozo y felicidad. Esta hambre ha hecho del ser creado a imagen y semejanza de Dios, un pigmeo espiritual. Esta hambre al no ser saciada, ha transformado a quien nació para ser gigante en un enano ante la presencia de su Creador. 3. ¡Llenemos el estómago y todo será alegría y felicidad! Es el grito de la humanidad. Y he aquí que los estómagos llenos de los jerarcas del mundo son los que han gestado las guerras en las cuales se desangró y desangra la humanidad. ¡Llenemos el estómago y el humano dejará sus bajos instintos y será un ser más digno y más moral! Y he aquí que las noticias de cada día nos hablan del crimen en los barrios pobres donde hay hambre, pero también nos gritan acerca de la inmoralidad y la degeneración que están al orden del día en los barrios selectos, de las clases ricas de la sociedad. 4. El ser humano está desnutrido espiritualmente. Ese es su gran problema. Su alma raquítica es la que necesita llenarse con las vitaminas de Dios. Es su corazón el que debe calmar su hambre con JesuCristo, el pan del cielo. Gracias a Dios, la criatura humana aún puede nutrir su alma, pues todavía está puesta la mesa de Dios. Todavía se pueden escuchar las siempre actuales y amorosas palabras de Jesús: “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed”. Deja que el pan del cielo alimente tu alma, transformándote en un pletórico ser espiritual. Celebra ahora mismo con JesuCristo, en lo profundo de tu corazón, el festín incomparable de tu salvación. Conclusión 1. Dios quiere hacer de ti una nueva persona, llena de su luz. El anhela iluminar las sombras de tu ignorancia con la luz de JesuCristo. El desea que tú recibas el conocimiento espiritual de su amor y su gloriosa salvación. Haz de este conocimiento bendito, la fuente de una experiencia nueva y distinta de tu vida con la vida de Dios. 2. Jesús en este mismo momento habla a tu alma y te dice: Yo soy y deseo ser tu Buen Pastor. Yo anhelo brindarte mi constante y perfecto, abrigante y eterno cuidado espiritual. Apropia para ti esta promesa del Salvador. En la seguridad que brinda su cuidado gozarás la paz de saberte y sentirte en las manos de Dios. 3. El Maestro, insistente en su amor, te dice hoy: Yo veo el hambre de tu alma, el vacío de tu corazón. Ven a mí, que saciaré tus ansias defraudadas, con el alimento de mi presencia y mi salvación. Deja de una vez y para siempre tu indigencia espiritual. Ven al banquete de la salvación, tú salvación. La que Cristo compró para ti, si lo recibes y confiesas como tu Señor y Salvador. 4. Que Dios te inspire para que acudas al pie de la Cruz. Esa cruz que está vacía, pues JesuCristo resucitó, vive y reina. Allí eleva la más gloriosa oración de tu vida. Confiésale tus pecados, pídele perdón y entrégale toda tu vida al señor. Ese es mi deseo y mi oración. |