1. La Biblia como la suprema autoridad en materia de fe y conducta: Afirmamos que no tenemos ningún otro documento sobre la Biblia que nos dirija en nuestra vida cristiana.
2. La libertad personal de conciencia: Afirmamos que toda persona tiene el derecho de tomar sus propias decisiones respecto a su relación o no con Dios. Nadie puede decidir ni imponer en este aspecto.
3. La iglesia de sólo de creyentes: Afirmamos que las personas vienen a ser miembros de la iglesia por la confesión voluntaria y personal de su fe en Jesucristo.
4. El bautismo sólo de creyentes: Afirmamos que, de acuerdo con las Escrituras, el bautismo bíblico es sumergiendo en agua a la persona que confiesa a Jesucristo como Señor y Salvador y libremente solicita ser bautizada.
5. El sacerdocio universal de todos los/as creyentes: Afirmamos que, según la Biblia, cada persona creyente tiene la capacidad de relacionarse con Dios directamente, sin intervención de sacerdote (todos, todas somos sacerdotes) y tiene la responsabilidad de ser sacerdote de Dios para otras personas. Dependiendo del autor que leamos, este aparece como principio o como doctrina.
6. La separación total de la iglesia y el estado: Para poder hacer la voluntad de Dios, la iglesia no puede estar sujeta a los poderes de este mundo. Afirmamos que el estado no puede intervenir en los asuntos religiosos, ni la iglesia en los del gobierno.
7. El gobierno congregacional: Cada congregación local tiene la autoridad de gobernarse a sí misma, sin intervención de ninguna otra autoridad, sea eclesial o gubernamental
8. La autonomía en interdependencia congregacional: Afirmamos el doble principio de la interacción y asociación con otras congregaciones para alcanzar los propósitos del Reino de Dios. A la vez, afirmamos la capacidad y autoridad de cada iglesia local para decidir sus asuntos.
9. El ministerio pacificador de los/as creyentes y las iglesias: Afirmamos que Jesucristo enseñó a sus discípulos a ser no sólo hombres y mujeres pacíficos sino también pacifistas activos, viviendo no solo en paz, sino actuando siempre pacíficamente en procura de la paz.
10. El testimonio de la vida sencilla: Afirmamos que el señorío radical de Jesucristo en la vida cristiana se demuestra con un estilo de vida sencillo, como testimonio del lugar que en ella ocupan las posesiones materiales.