PABLO EL EVANGELISTA Predicando en el mundo posmoderno
ALEX MCDONALD
Introducción ¿Cómo debemos evangelizar en nuestro mundo posmoderno? ¿Cómo podemos comunicar las buenas nuevas de Jesús a un mundo que se encuentra tan perdido como lo fue el mundo moderno? Creo que tenemos mucho que aprender de los métodos utilizados por el Señor Jesús y el Apóstol Pablo. Ya hemos visto la manera en que Jesús predicó el Sermón del Monte y cómo evangelizó a la mujer en el pozo. También hemos visto la manera en que Pablo predicó en Atenas. Ahora quiero considerar cómo Pablo evangelizaba. Quiero tomar el ejemplo de cómo trató con tres personas muy diferentes en Filipos, ciudad de Macedonia, Grecia. Esto se describe en Hechos 16:11-40. Probablemente no todos preguntarían directamente, “¿Qué debo hacer para ser salva o salvo?” (v.30). Pero todos necesitan ser salvos, y cada una de estas tres personas de Filipos necesitaba ser salvada. Una de nuestras metas principales debe ser la de inducir a las personas a hacernos esta pregunta, porque es la pregunta más importante que jamás podrán hacer. Muchas personas están formulando esta pregunta. Quizá no lo expresen usando las mismas palabras, pero tal vez sepan que algo está mal en sus vidas. Pueden sentir angst, la angustia de sentirse culpable, o pueden sentirse aburridas, o tal vez sean esclavizadas por alguna adicción mala y destructiva. El evangelio tiene que ver con la salvación. Lucas nos describe a tres personas que experimentaron el poder salvador de Jesucristo: una mujer de negocios, una muchacha esclava y un carcelero. Estos tres individuos muy diferentes fueron los primeros tres convertidos de Europa bajo el ministerio de Pablo. ¡La iglesia de Filipos debía de haber sido muy interesante! El relato nos hace recordar que la iglesia de Cristo está compuesta por personas de todo tipo y, por lo tanto, en nuestra evangelización, nunca debemos pensar que es imposible que cierta persona, o tipo de persona, se convierta. Todos necesitan el poder de Dios, y su poder es capaz de cambiar el corazón más duro.
George Whitefield, de formación metodista, nació en 1714 en Bell Inn, Inglaterra. Fue ordenado como ministro a los 21 años de edad, dos años antes de lo establecido por su denominación. En 1738 fue enviado a Estados Unidos para ser ministro en Georgia, lugar donde fundó el Orfanato Betesda, organismo que hasta el día de hoy se mantiene en pie. Un año más tarde regresó al Reino Unido, territorio en donde llevo a cabo su más fuerte trabajo de evangelización. George Whitefield tuvo que realizar sus campañas al aire libre ya que muchos no lo admitían en sus iglesias. Esto, pues sus mensajes eran fuertes y atraían a una multitud que era difícil de controlar para la época. El movimiento metodista adquirió renombre en el Reino Unido gracias a las predicaciones de Whitefield; fue quien atrajo millares de personas a la conversión en Cristo y fueron estos quienes transformaron dicho territorio. Se caracterizaba por tener un celo ardiente de ver personas corriendo a los pies de Cristo y transformadas por el poder de Dios. Durante un período de veintiocho días realizó una campaña en la cual predicó a más de diez mil personas por día. A cada lugar donde iba instalaba su propio púlpito en medio de los campos, ya que no había edilicio que pudiera albergar tanta gente como la que se reunía para escucharlo. Es difícil imaginarse a cientos de personas levantar las manos y correr por el perdón de pecados como sucedía en sus campañas, era un mar de gente corriendo a los pies de Cristo. En los Estados Unidos, cuando este era aún un país nuevo, asistieron miles de personas a sus campañas, incluso algunos venían de lejos para oír sus mensajes. De esta evangelización masiva Benjamín Franklin dejo constancia de la siguiente manera: “El jueves el reverendo Whitefield partió de nuestra ciudad, acompañado de ciento cincuenta personas a caballo, con destino a Chester, donde predicó ante una audiencia de siete mil personas, más o menos. El viernes predicó dos veces en Willings Town a casi cinco mil personas. El sábado en Newcastle predicó a cerca de dos mil quinientas personas y, en la tarde del mismo día, en Cristiana Bridge, predicó a casi tres mil. El domingo en White Clay Creek predicó dos veces, descansando media hora entre los dos sermones, dirigidos a ocho mil personas, de las cuales cerca de tres mil habían venido a caballo. La mayor parte del tiempo llovió; sin embargo, todos los oyentes permanecieron de pie, al aire libre”. Su voz se podía oír perfectamente a la distancia en sus sermones, a pesar de padecer un problema de salud pulmonar, el cual no fue impedimento para realizar su labor evangelística. George Whitefield, es conocido como el “príncipe de los predicadores al aire libre”, ya que predicó un promedio de diez veces por semana, durante un período de treinta y cuatro años, la mayoría de las veces a cielo abierto.
Alex MacDonald
nació en Bishopbriggs, Scotland, Es un ministro ordenado de la Iglesia de Escocia, donde pastoreó dos congregaciones y fue Secretario General (Moderator) de la Junta de Ministerios hasta su retiro en 2002. Estudió y graduó de la University of Glasgow y del Trinity College, ambos en Glasgow, Scotland. Ha sido un predicador y profesor de homilética muy solicitado. Fue un pionero de la predicación por televisión en su país.