PERSONAS Y NO COSAS
Posmodernidad y dignidad humana MARIA AUXILIADORA PACHECOEn esta época que se ha venido a llamar postmodernidad, cuando muchos alardean de los avances en ciencia y tecnología, se está dando un retroceso en otras áreas que se creían ya ganadas. Me refiero a la consideración del valor de cada persona y de su vida. Cada vez más, se le está dando a la vida humana valor solamente en términos de si produce o no beneficios. De la misma forma, cada vez hay más intromisiones de los estados en si se considera digna o no una persona de seguir con vida.
Costó muchos siglos, dolor y sufrimiento que se empezara a tomar conciencia del valor de cada persona. Ya en la modernidad, muchas personas, de las que un gran porcentaje eran cristianas, empezaron a hacer declaraciones públicas sobre la vida y la dignidad de las personas, en contra de la esclavitud, por unas mejores condiciones de vida, etcétera. Estos movimientos culminaron en la declaración universal de los derechos humanos en 1948, como rechazo y reacción a los horrores sucedidos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero parece que se está olvidando, o que hay a quienes les interesa que se olvide, este largo camino, que quieren ponerle precio a la vida y la dignidad de las personas. Otros están asimilando sin rechistar todo lo que se publica en la red de redes, como algo normal y que puede ser imitado sin problemas ni consecuencias. Y algunos más están dejándose influir por los mal llamados nuevos valores, hasta el punto de llegar hasta donde consideren que haga falta para ponerlos en práctica, incluyendo el desprecio por la vida y las personas. Los primeros creo que está claro quienes son, los grandes poderes políticos y económicos. Para ellos lo que importa son el poder y el dinero, las personas le traen sin cuidado. Su beneficio es lo que importa. Como ejemplo, menciono que en el momento de escribir estas líneas se está luchando en contra de que en nuestra supuestamente avanzada Europa los pensionistas cobren en función de la edad que tengan. A más años de vida, una jubilación menor. Sin comentarios. Sobre los segundos, mayormente son jóvenes, que están viendo como normal que se trate como cosas a las personas, y mayormente a las mujeres. Del tema de las mujeres ya se están percatando, después de que se haya detectado un retroceso en el respeto hacia la mujer. ¿Qué se puede esperar cuando en infinidad de lugares en internet, de películas, se nos trate a las mujeres como meros objetos de placer, con los que los varones pueden hacer lo que les venga en gana? ¿Y cuando se publica como algo gracioso la humillación y las vejaciones a otras personas? Si el ocio de los jóvenes se convierte en un consumo indiscriminado de ese tipo de cosas, sin el menor criterio ni supervisión, el problema está servido. De los terceros podría poner varios ejemplos. Creo que uno de los más tristes es que al menos en Europa en dos ocasiones se ha dado el caso de que una mujer embarazada de mellizos, uno de los cuales tenía síndrome de Down, se le dijo que abortara al que tenía síndrome de Down. Y después de practicar estos llamados abortos selectivos se descubrió que se había abortado al otro mellizo. Jugamos a ser dioses, y luego lloramos por las consecuencias. El valor de cada ser humano radica en que es una creación de Dios, creado para reflejar su imagen (Génesis 1:27), y en que Cristo dio su vida por todos (Juan 3:16). Para Dios nadie vale más ni menos que otro. Por tanto, luchemos en contra de esta oleada de banalización de la vida y las personas, tomando ejemplo de quienes en su día no tuvieron miedo de alzar su voz en favor de lo que consideraban justo. Maria Auxiliadora Pacheconació en Málaga, donde también reside actualmente. Sus principios en la fe tienen muchos puntos en común con los de Isabel Pavón, aunque no contactaron hasta muchos años más tarde. Ambas nacieron al evangelio como fruto del avivamiento pentecostal y carismático que sacudió España en los años 70 del pasado siglo, y llegó a entrar en muchas parroquias y grupos católicos. Lleva muchos años colaborando con publicaciones cristianas, que gracias a Internet han aumentado su público y difusión. Ha estudiado en el Instituto Teológico por Extensión y en la Universidad Cristiana Logos.
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