UN NUEVO AÑO EN PERSPECTIVA DIVINA
CARLOS LOPEZ“Haznos entender que la vida es corta, para así vivirla con sabiduría
Salmo 90:12, PDT. El tiempo se nos escapa como agua entre las manos. Vivimos tan aprisa nuestros tiempos que ni siquiera percibimos que es la vida la que se nos escapa a paso acelerado.
Según el título del salmo 90 “oración hecha por Moisés, hombre de Dios”, estas palabras provienen del más antiguo de todos los 150 salmos. Moisés se encontraba haciendo un recuento de los días, meses y años que habían pasado desde que salieron de Egipto. Dios había sido fiel y seguía siendo fiel, a pesar de lo infieles y rebeldes que habían sido algunos. Al mirar hacia atrás, Moisés pudo aprender al menos dos enseñanzas sumamente valiosas (aplico el orden inverso para evitar el pesimismo). 1. La brevedad de la vida humana (Salmo 90:5-10). Moisés había visto pasar a una generación completa que por desobediente pereció en el desierto. Fue así como se dio cuenta de lo frágil y breve que es la vida humana. Note las imágenes de las siguientes palabras de Moisés en esta segunda porción del salmo: 90:5 – Somos como sueño. 90:6 – Somos como la hierba que a la mañana florece y por la tarde se seca y es cortada. 90:9 – Nuestros Días declinan. Nuestros años pasan como un pensamiento. 90:10 – Dios ha puesto límites a nuestra edad. 2. La eternidad de Dios (Salmo 90:1-4). En contraste a la brevedad de la vida humana, Moisés resalta la eternidad de Dios. Note las imágenes de las siguientes palabras de Moisés para referirse a Dios: 90:1 – Dios es refugio a nuestras generaciones pasadas, presentes y futuras. 90:2 – Antes que el mundo fuese, Dios ya existía. 90:4 – Mil años no son nada para Él. Ningún ser humano ha vivido tanta cantidad de años (sólo Matusalen llegó a 969 años y luego murió). ¡Qué maravillosa enseñanza! Primero nos ubica en nuestra realidad. Como humanos, somos personas vulnerables y sujetas al tiempo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a escala mundial, la expectativa de vida del ser humano es de 71 años (69 para los hombres y 74 para las mujeres). Aunque haya personas que vivan más de esta edad promedio, el sólo hecho de conocer este dato me pone a pensar seriamente en el poco tiempo de vida que me resta. Segundo nos lleva a reconocer que dependemos de la fortaleza del Dios eterno. Dios es Dios. Es mucho más que un ser humano superdotado, con un mejor intelecto que el nuestro y con mayor capacidad de amar que nosotros. Él es único, infinito, nunca fue creado, totalmente diferente a nosotros, no está sujeto al tiempo. Él sobrepasa y trasciende todo concepto humano. Él está más allá de nuestra imaginación o razonamiento. Por este motivo Dios es más grande que el ser humano y vale la pena tomar en cuenta sus palabras. Por lo tanto, ante esta enseñanza que nos hace conscientes de nuestra fragilidad humana y de la fortaleza divina salta a la luz el primer consejo del año 2017: ¡Cuente sus días sabiamente para que sus días cuenten para Dios! Agreguemos perspectiva divina a nuestros días y que todo lo que vivamos en este nuevo año refleje su amor incondicional y su poder que no tiene límites. Carlos A. Lopezes Licenciado, Magister y candidato doctoral en Teología, pastor y conferencista sobre temas de matrimonio y familia. Sirve como Rector en el Instituto Teológico FIET de Argentina.
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