VACUNACIÓN Y CORRUPCIÓN
Osvaldo L. Mottesi

Estamos viviendo una hora de profunda crisis mundial. No nos referimos a la trágica realidad de la pandemia del COVID 19, sino a un correlato social y directo -también trágico- de la misma. Es la CORRUPCIÓN desatada en todo el planeta, con especial intensidad en nuestra América Latina, en cuanto a la administración de la VACUNACIÓN contra este virus. El tráfico de influencias desde el poder, en beneficio de castas privilegiadas, es una calamidad vergonzosa e indignante.
Dijo Cicerón un siglo antes de Jesús: “Servirse de un cargo público para beneficio personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable”.
JesuCristo declaró y afirma hoy: “Bienaventuradas, dichosos los de corazón limpio  -es decir los íntegros e íntegras- porque ellos verán a Dios” (Mt 5:8)
​
ACIERA, La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina ha emitido hoy un comunicado sobre esta triste situación. Lo compartimos por el valor que tiene como presencia y acción profética del Reino de Dios en medio de tanta injusticia social.

El abuso discrecional del poder
Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), una vez más nos toca asistir perplejos al abuso discrecional del poder.
El uso político de la vacuna contra el covid-19, tanto en los discursos como en su distribución, muestra la cara que es motivo de vergüenza, ante los ojos de la prensa mundial y que los ciudadanos y ciudadanas de buena voluntad, no queremos volver a ver en nuestra amada nación.
No en vano quienes deberían obrar como servidores públicos, se muestran más preocupados en conseguir espacios de impunidad que en el bien común. Lamentablemente, estas actitudes no son patrimonio de un solo sector. Debemos reconocer que la corrupción permanente ha generado una matriz corrupta en nuestra sociedad que nos alcanza a todos los hombres y mujeres.
Es tiempo de cambiar, de honestamente plantearnos qué país queremos ser. Humildemente, llamamos a cada habitante de este bendito país a
emprender la aventura épica de una transformación integral.
Los hombres y mujeres de fe buscaremos en Dios las fuerzas para hacerlo. Rogamos al Señor que tenga misericordia y bendiga nuestra nación con gobernantes y funcionarios justos, probos y con sabiduría para dirigir. Es nuestro deber y desafío orar y trabajar para que, tal como dicen las Sagradas Escrituras, “la justicia corra como un río”. 
​
Comité Ejecutivo de ACIERA
Buenos Aires, 22 de febrero de 2021.